Cáceres despidió ayer al conocido médico pediatra Pedro Aparicio Aparicio (Jaraíz de la Vera, 1929), que el 10 de mayo hubiera cumplido 88 años. Aparicio era hijo de Adela Aparicio Jiménez, ama de casa, y Pedro Aparicio Iglesias, maestro nacional aunque ejerció muy poco tiempo puesto que durante muchos años fue director de la banda de música de Jaraíz, formación que a su vez había fundado su padre, Pedro Aparicio, en 1888.

Casado con Visitación Jabón Burcio y padre de seis hijos (Pedro Antonio, Ángel Luis, Gloria, Judit, Ricardo y Juan José), estudió Medicina en Madrid. En 4º curso don Pedro empezó a hacer prácticas en El Robledo, un pueblo de Ciudad Real. En 5º tenía que inclinarse por una especialidad y optó por la de Pediatría. Acabó Medicina en 1954 con su título de médico especialista en Puericultura y Pediatría bajo el brazo. Comenzó ejerciendo la medicina general en su pueblo natal hasta que en 1965 por un concurso de traslado de méritos le dieron una plaza de pediatra en Cáceres. La familia empezó viviendo en la avenida Virgen de Guadalupe, en el chalet de Leoncio Domínguez, que estaba frente al Hotel Extremadura, un lugar estratégico desde donde se podía ver a los grandes toreros a su salida del hotel cuando se dirigían a la Era de los Mártires en busca de tardes de gloria. El chalet tenía una pajarera delante, unas escaleritas para acceder al interior, y detrás un corralino con su palomar.

Cuando Previsión Sanitaria construyó en la calle Periodista Sánchez Asensio, muy cerca del sanatorio de don Pedro Ledesma, unos pisos que se adjudicaron a muchos sanitarios, Aparicio y su familia se marcharon a vivir allí. Fueron vecinos de Pérez Toril, de Luengo, Casasola, los Torres, el doctor Berrocal...

Aparicio no cesaba de trabajar. Comenzaba a primera hora, de 9 a 11, pasando consulta en la Perra Gorda. Seguidamente se iba a Aldea Moret, donde trabajó de 11 a una de la tarde durante 13 años, hasta que llegó el doctor Pedro Moreno Rivas para sustituirlo. En las Minas había un consultorio de medicina general en el ayuntamiento, donde Aparicio trabajaba junto a Martín Santos, otro médico, y una enfermera, Socorro, que era hija de un ats y estaba casada con uno de los de Castañera Radio. Al concluir su estancia en Aldea Moret, Aparicio atendía en su casa y también en una consulta que abrió en el 6ºA del número 10 de la avenida de España, donde implantó la llamada iguala, un sistema por el que mensualmente los pacientes pagaban 300 pesetas y podían ser atendidos los días que quisieran, las veces que fuera necesario sin que por cada consulta tuvieran que desembolsar una cantidad excesiva de dinero.

Don Pedro fue médico de plaza de toros. También fue doctor en la Guardia Civil, Cruz Roja, el CIR. el Hogar Infantil Julián Murillo, el colegio de la Inmaculada, el Virgen de la Montaña, el San Pedro de Alcántara, el consultorio del 18 de julio de Ronda del Carmen... Carballo, Mariño, Rufino Murillo, Felipe Altozano... fueron colegas de profesión. Aparicio llegó a acumular 9.000 cartillas; atendía a los enfermos del Junquillo, de las Casas Baratas, de Héroes de Baler... miles de niños pasaron por sus manos. Con su marcha se dice adiós a quien durante tantos años dio prestigio a la sanidad pública cacereña.