Vive junto a su mujer, Andrea, en una casa que mira a las tierras que tienen sembradas de maíz y alfalfa. También cultivan un pequeño huerto para el consumo casero. "Lo hago a modo de hobby" , dice Simón. Su nieto Guillermo está pasando con ellos parte de las vacaciones y parece encantado. Mientras su abuelo se explica, él juguetea con los gatos.

Las tierras que ocupan son de la familia de su mujer desde hace generaciones. De hecho, la casa que tienen enfrente la ocupa su cuñada. "Sabemos que esto está expropiado para zonas verdes", explica, "pero no nos han notificado nada". Simón dice que una empresa promotora les ha ofrecido unos terrenos en Nueva Ciudad con una extensión equivalente a lo que ocupa la huerta, pero ni tienen escritura de los nuevos terrenos ni están pagando los gastos de urbanización. "Sería empezar a pagar cantidades importantes sin haber vendido", afirma.

A Simón le preocupa especialmente la situación de la vivienda. Aclara que de una casa alternativa nadie les ha dicho nada y se pregunta "¿Dónde nos metemos si nos echan de aquí?".

No duda que en caso de que se les obligara a dejar la casa plantearían batalla. "Tendríamos que ir a juicio o lo que hiciera falta", dice, "pero no vamos a dejar la casa".