Cuenta Abelardo Martín, presidente de la oenegé Solidaridad con Guinea Bissau, que en la mujer africana está el futuro de ese continente. Hace ocho años descubrió que valía la pena trabajar por el desarrollo de una zona selvática en el norte del país, el quinto más pobre del mundo, y allí sigue viajando al menos dos veces al año para comprobar cómo se ejecutan los proyectos educativos y productivos de Soguiba.

Con el reto de lograr fondos para poder pagar becas de escolarización a niñas guineanas, esta asociación abre mañana en el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Cáceres (calle San Antón, 6) la exposición titulada Africa, nombre de mujer , en la que se exhiben 25 fotografías realizadas por miembros de la oenegé. Se venderán a 35 euros cada una para hacer que una niña guineense vaya a la escuela todo un curso.

Soguiba está aportando la mitad del dinero de la matrícula y las mensualidades de cada alumna de la red de escuelas comunitarias con la que trabaja. También trata de evitar el absentismo escolar dándoles 20 kilos de arroz por asistir regularmente a clase, aumentando así hasta el 30% el porcentaje de niñas ya escolarizadas.

Esta oenegé recuerda que Guinea Bissau no puede asumir totalmente el pago de los sueldos de los maestros del país. Para que puedan continuar ejerciendo su labor, las comunidades se ven obligadas a sufragar con sus aportaciones en forma de matrícula y mensualidades los gastos de la escuela, incluidos los maestros. Soguiba aporta otra parte. La primera consecuencia es la retirada de las niñas del sistema escolar ya que, por razones culturales, es más importante que los varones vayan a la escuela. La oenegé ha logrado que 2.500 alumnos hayan podido ser escolarizados por 56 maestros.

Contra el analfabetismo

La exposición, abierta hasta el 5 de enero, recorre en imágenes la vida de la mujer guineana como si se tratara de un reconocimiento en una sociedad en la que manda el hombre. "Su labor es ser lo más fértil posible y trabajar por sus hijos sin medios que le ayuden", explica Martín, que resalta que los índices femeninos de analfabetismo son mucho más elevados. Para ampliar esta visión de la mujer, Soguiba ha invitado el miércoles 23 al misionero extremeño José María Caballero para que hable de su experiencia en Sierra Leona.

Soguiba tiene claro que el objetivo principal de su trabajo debe estar dirigido a ellas: "La discriminación de género es excesiva. Tenemos problemas en ocasiones para escolarizarlas porque el hombre no las deja", añade Martín, que recuerda que los alumnos colaboran también en levantar las escuelas donde luego recibirán la formación.

El presidente de la oenegé resalta que, gracias a las madres, la escolarización ha subido, ya que "la educación sigue siendo responsabilidad de ellas" porque el hombre no se preocupa. Dice que ha aprendido de las mujeres "la dignidad con la que se enfrentan al mundo a pesar de ser extremadamente pobres". Solo por eso, hay una razón para colaborar.