En la Edad Media el grupo mayoritario de personas eran los campesinos, bien los pequeños propietarios llamados villanos, que eran dueños de sus tierras, los colonos que arrendaban a un señor una parcela llamada «manso» o los siervos que cultivaban las tierras de su señor, y estos podían venderlos y castigarlos cada vez que querían.

El desarrollo de la vida urbana y comercial a comienzos de la Edad Media fue muy lento, por lo que más del 90 por ciento de la población vivía del trabajo de la tierra, sobre todo del cultivo de los cereales.

La gran mayoría de los campesinos se encontraba en una situación de pobreza y explotación; todas las cosas que necesitaban se las hacían ellos mismos, desde su casa, herramientas, ropas, muebles, etc.

Vivían en chozas muy sencillas y compartían techo con los animales. El hambre estaba a la orden del día, se alimentaban de pan, legumbres y vino, la carne en muy contadas ocasiones y el pescado poco.

Como consecuencia de la gran debilidad que tenían las enfermedades y epidemias se cebaban con ellos siendo la esperanza de vida muy corta.

Tan sólo disfrutaban en las fiestas, fundamentalmente religiosas: Navidad, Semana Santa, Pascua, etc.

Con el paso del tiempo consiguieron una mejora en las condiciones de vida, gracias a las herramientas de hierro, el empleo del arado de ruedas, la utilización del caballo para las tareas agrícolas, la alternancia en los cultivos que hacía que los suelos no se agotaran, etc.

Pero veamos que ocurría en la Villa de Cáceres. En el Fuero aparece el nombre de “Terra” (tierra) para nombrar la propiedad rural. Esta podía ser pública o privada, pero no admitía la propiedad nobiliaria ni eclesiástica en Cáceres.

El acceso a la propiedad privada se otorgaba en aquel momento en la «heredad», que era la parte adjudicada a cada poblador. Siguiendo a Floriano Cumbreño podemos decir que las heredades eran de dos tipos: la no cultivada o campo, que podía ser monte, mata o prado, según sus características y la cultivada que se llamaba de labor, destinándose la mayoría a los cereales que era llamada «panes» o «mieses».

Destacan también los huertos y se concede una gran atención a las viñas... (Continuará).