Cáceres es una de las ciudades españolas con mayor número de asociaciones de vecinos en relación con su censo: un total de 35 colectivos para 82.000 habitantes. Esta fragmentación no siempre resulta operativa, especialmente a la hora de recibir ayudas y organizar actividades que realmente aporten formación y ocio a los residentes. Por ello, la Agrupación de Asociaciones de Vecinos pretende reducir el número de colectivos hasta aproximadamente una docena, siempre de forma voluntaria, y comenzará a abordar esta cuestión el próximo curso, a partir de septiembre. De hecho, ya existen algunos contactos entre distintos barrios para su fusión.

Así lo explicó ayer el presidente de la agrupación vecinal, Raimundo Medina. "Hay barriadas divididas en varias asociaciones. Además, cuando se construye una nueva urbanización sus residentes tienden a crear un colectivo propio, en lugar de unirse al ya existente en la misma zona", subrayó. Esta dispersión en 35 asociaciones reduce las subvenciones que recibe cada una y, por tanto, la capacidad de organizar mejores actividades para los socios, en detrimento de la eficacia del movimiento vecinal.

NUEVO REGLAMENTO MUNICIPAL

El presidente de la agrupación también ha solicitado al concejal de Participación Ciudadana, José Luis Sánchez, la renovación del reglamento municipal que regula estas cuestiones. "Hay que adaptarlo a una ciudad que crece para determinar cómo deben funcionar las asociaciones y su relación con el ayuntamiento. Por ejemplo, esta normativa tendría que establecer los criterios para la formación de un nuevo colectivo vecinal o su número de socios", señaló.

Medina subrayó que lo adecuado sería reducir las asociaciones a diez o doce, uniendo todas las existentes en grandes distritos con mayor capacidad de atender los intereses de los vecinos. "Es el caso, por ejemplo, de la barriada de Aldea Moret, donde existen cuatro colectivos. También de la zona de Pinilla y La Mejostilla. Otros barrios como San Marquino tendrán que seguir funcionando en solitario por su ubicación, alejada del resto", dijo, aunque reiteró que cualquier movimiento deberá realizarse con la voluntad de los propios vecinos.

Lo cierto es que algunas asociaciones de la capital cacereña "ni siquiera funcionan", según Medina, que considera que el nuevo Reglamento Municipal de Participación Ciudadana también debería controlar este tipo de cuestiones. "No todas trabajan por igual a lo largo del año, pese al reparto de las subvenciones", indicó.