A finales del siglo XIII, en los márgenes del río Guadalupejo, en la sierra de las Villuercas, se descubrió una imagen de una Virgen morena, que había sido ocultada ante la invasión musulmana en el siglo VIII. Esa Imagen y ante ella, en una gran peregrinación compuesta por más de 10.000 romeros, que acudieron a homenajearla, llevó al Papa Pio X, en marzo de 1907 a declararla Patrona de Extremadura, siendo aquella romería la primera manifestación destacada del primer regionalismo extremeño.

Extremadura tiene sus propias creencias, y sus propios puntos de apoyo y referencias, los extremeños tienen su día del que parten los recuerdos y se inician los caminos que constituyen motivos, para recorrer juntos, por razón de unos idénticos valores culturales e históricos. Valores asumidos con fuerza, entusiasmo y dedicación en la tarea de consolidar el gran proyecto político e histórico que Extremadura comporta. Son las señas de identidad propias que han de convertirse en exigencias de un desarrollo equilibrado con la realidad de todos los pueblos de nuestra tierra en general, con el compromiso firme de todas sus gentes con el devenir histórico del tiempo en el que vivimos.

Es Extremadura como compromiso histórico, que nace de la historia recorrida como pueblo, en un mismo camino, que nos lleva, a una misma cultura con sus gentes, haciendo de ello, centro de irradiación para desarrollar nuevas fuentes de riqueza, y mejorar. transformando nuestras infraestructuras y modernizar los ámbitos rurales, suprimiendo los desequilibrios sociales, educacionales y económicos que aún existen entre los diversos pueblos y ciudades.

No somos partidarios de viejas reivindicaciones procedentes de la frustración de un trato desigual, en el reparto y distribución de la riqueza y de los proyectos comunes nacionales, pero si estamos a favor de la justicia social que da a cada uno lo que le corresponde en derecho..

La realidad política, institucional y social que alumbró la constitución de Extremadura en Comunidad Autónoma, recogida en su Estatuto de Autonomía, aprobado por Ley Orgánica 1/1983, de 25 de febrero, es la garantía de un camino recorrido en un Estado de amplias libertades, que ya lleva más de tres décadas instaurado y en funcionamiento.

Cuando se aprobó la Constitución de 1978 no existían las Comunidades Autónomas, ninguna, ya ha pasado suficiente tiempo para dejar de hablar de las reformas del sistema de administraciones regionales creado en España a partir de entonces, siendo lógico plantear la exigencia en la igualdad en el trato de competencias cedidas por la administración del Estado a cada comunidad regional.

Hoy los españoles somos conscientes de que hemos de acoger a quienes de nosotros necesitan para refugio en la paz y libertad que no tienen en sus lugares de origen, que vienen en busca de compartir ese mejor porvenir que también los nuestros buscaron en otras ocasiones. La solidaridad con los que se refugian buscando paz y bienestar, debe ser motivo de nuestra voluntad en los momentos actuales, pero todo ello en la coordinación de solucionar también la situación de las familias extremeñas que aún sienten la crisis de un paro desgarrador que lleva a la falta de recursos.

Nuestra referencia es compartir la igualdad en la indisoluble unidad de todos los españoles.