Rosa Caballero, una vecina de la calle Puerta de Mérida, volvió a despertarse sobresaltada en la madrugada del jueves por el ruido de cristales en una de sus habitaciones. "Ya habrán conseguido lo que querían y al final me tendré que ir por miedo", declaraba ayer afectada. Hace ya tres días, denunció a este diario que un grupo de vándalos atacó uno de sus balcones con unas piedras de unos 10 centímetros de diámetro. Tuvo suerte de que únicamente rompieron la persiana, pero en su última reincidencia han conseguido romper el cristal del ventanal del balcón.

El pasado martes de madrugada fue la primera vez que los vándalos aparecieron. La hermana de Rosa, Carmen Caballero, tenía a sus nietos durmiendo en la habitación donde las piedras rompieron la persiana. Carmen se asomó al balcón para intentar verles y únicamente divisó a un grupo de jóvenes que huían. "Cuando mi hermana los vió correr, lo primero que hizo fue tratar de disuadirles", confesaba apenada Rosa, ya que teme que hayan vuelto durante las siguientes dos noches a raíz de este suceso y no con la intención de romper la cámara de vigilancia que tienen en la fachada para el control de entrada y salida de coches a la zona intramuros, "de la cual se cuidan para que no les grabe", asegura Rosa.

Las hermanas se quejaron de que esa noche ni la Policía Local ni la Nacional acudieron a su llamada. Sin embargo, al día siguiente sí que respondieron, aunque los agentes no lograron detener a los autores.