Tras dos años y medio de obras y varios parones en las mismas Aldea Moret estrenó ayer su nuevo acceso. A primera hora de la mañana los primeros vehículos recorrían los más de 500 metros que unen la avenida de la Constitución con el antiguo poblado minero, la urbanización de Río Tinto, el edificio Embarcadero y el Garaje 2.0; y que convierten a esta zona en el acceso más directo a la ciudad desde la carretera de Badajoz. En ese mismo momento, quedaba cancelado el único paso a nivel que quedaba en la ciudad.

"La obra ha quedado bien, y una vez que edificios como el Embarcadero y el Garaje 2.0 se pongan en valor supondrá un antes y un después para esta zona", valoró el concejal de Infraestructuras, Miguel López, tras ver el paso de los primeros vehículos por el nuevo acceso. Reconoció además que las dificultades técnicas y económicas asociadas a la ejecución del proyecto "acabaron convirtiéndolo en un reto", y aseguró que se trata de una de las obras municipales de mayor envergadura.

UN LARGO RECORRIDO Tras comenzar la obra en enero del 2008, fue necesario modificar el proyecto para evitar que el tren pasara demasiado cerca del Embarcadero y las viviendas durante la ejecución, y eso encareció la actuación (con un presupuesto inicial de 2 millones) en 488.000 euros y supuso el primer parón en la misma. Tras reanudarse, hubo otro el pasado septiembre, cuando la subcontrata encargada de colocar el acerado abandonó la obra por desavenencias con la adjudicataria, la UTE Gévora-Extraco.

Uno de los momentos más delicados de la actuación fue el momento en el que se ensambló el armazón del puente bajo el que pasan los vehículos, que se construyó fuera. Fue una tarea contra el reloj, que debió ejecutarse en menos de 24 horas, el tiempo máximo que permitía Adif cortar el tráfico ferroviario. "Fue impecable", recordaba ayer López.

El nuevo acceso supone además eliminar el último paso a nivel de la ciudad. Ayer quedó cancelado de forma provisional y una valla impide pasar sobre él. Cuando Adif lo autorice, se cerrará de forma definitiva y se retirarán las traviesas que igualan la cota del terreno con las vías.

El ayuntamiento da la obra por terminada, a falta de colocar los árboles (es la única tarea de jardinería pendiente tras plantar trepadoras en los taludes y acacias piramidales en la mediana) y de "algunos remates", en las inmediaciones de la rotonda de la calle Malpartida, donde también está previsto habilitar una zona de aparcamientos con capacidad para 60 vehículos.