El puente que une La Cañada con Aldea Moret deja la imagen de perreras ilegales en la zona y esta se vuelve a repetir en el entorno del Cerro de los Pinos. A simple vista se diría que son chabolas, también ilegales, pero en realidad se utilizan como perreras y el ruido de los canes se hace notar cada vez que alguien se acerca, aunque casi nunca se los puede ver ya que sus dueños se cuidan bien de que nadie pueda hacerlo. Además de ladridos, se escucha el sonido de los gallos, y en los alrededores se observan jaulas pensadas para ellos que sostienen las sospechas de vecinos y autoridades de que los animales son utilizados para peleas nocturnas.

Una de las vecinas afectadas es Luisa Salas, vive en la calle Malpartida, enfrente de las perreras y manifiesta que está cansada de aguantar el ruido y los malos olores que desprenden los animales "ahí hay al menos 40 perros y ya es imposible sentarte en la puerta", asegura, además indica que "esto es un foco de infección, por todas partes ves ratas y está lleno de pulgas y garrapatas" .

Las perreras se encuentran cerca de las casas, lo que lo ha convertido en un problema de salud pública, urgiendo la intervención de las autoridades.

Primeros derribos

En este sentido el concejal de Infraestructuras, Miguel López, ha anunciado que el final de esta situación está cerca y que en un mes se derribarán las primeras 20 en el barrio de Las Palomas en el entorno del Cerro de los Pinos.

López es el presidente de una comisión que se creó para solucionar este problema que viene de largo. En primer lugar se han investigado los terrenos de titularidad municipal que estaban ocupados, concluyendo que existen unas 20 construcciones en el Cerro de los Pinos y ocho en la calle Malpartida; localizando a continuación "en la medida de lo posible" a los autores de esta ocupación.

La actuación en el Cerro de los Pinos será "más sencilla", según ha señalado López, debido a que se trata de una ocupación de la vía pública. Así, en menos de un mes se colocará una señalización que informe que se va a llevar a cabo un desbroce y limpieza de la zona, se dará un plazo a los ocupantes para que retiren a los animales y sus enseres y a continuación una brigada de Obras, acompañada de la policía local para evitar problemas, procederá al derribo.

En el caso de las perreras que hay debajo de la pasarela, la actuación es más compleja ya que están situadas en una cañada real que lo convierte en suelo protegido titularidad de la Junta de Extremadura, además se encuentran de manera anexa a unas pequeñas casas que se construyeron en los años 40 y que en algunos casos están habitadas.

Miedo a perder la casa

Los dueños de estas casas, que prefieren guardar su anonimato, han manifestado que tienen miedo de verse afectados por el derribo de las perreras y que vayan a perder sus casas.

López ha querido dejar claro que de momento solo se va a advertir a las personas que han levantado las perreras de que las retiren; si no lo hacen les abrirán un expediente y de forma subsidaria el ayuntamiento las retirará. Y en cuanto a las casas, el concejal ha indicado que no se van a derribar sino que se van a estudiar caso por caso para comprobar si son ilegales o existe algún derecho adquirido por parte de los ocupantes. En caso de que sean ilegales se les abrirá expediente.

"Vamos a ser taxativos con el cumplimiento de la ley", aseveraba el concejal. Si es así, se acerca por tanto el fin de un paisaje desolador de perreras al margen de la ley.