La podenca Alegría ha muerto pero lo ha hecho feliz y de vieja. Esta perrita fue noticia en el verano del 2005 tras sobrevivir a una brutal paliza de su propietario en el cerro de la Buitrera de Cáceres. Un testigo la rescató de entre los zarzales a los que la arrojó su agresor, que después fue denunciado aunque nunca llegó a pagar el despiadado intento de sacrificio.

El animal no solo consiguió salir adelante de aquella agresión sino que superó un tumor mamario que se le detectó después. A los dos meses de aquello, se mudó a vivir al norte de Austria. Una familia de aquel país la adoptó tras ver su foto y su caso en internet.

Katherina y Gerold, sus dos hijos y tres galgos también adoptados, han sido su familia estos dos últimos años de vida --tenía 14 años--, quizás los más felices. "Le ofrecieron una calidad de vida fantástica a pesar de la problemática que arrastraba", asegura Juana García, de la Protectora. La adopción le brindó a Alegría una segunda vida.