Más de 400.000 clientes en 250.000 reservas son las cifras de la primera década del renovado Hotel Extremadura y de Alejandro Picardo al frente del mismo.

--Tras una década toca hacer balance. ¿Qué hay en él?

--Es un balance positivo. Ha pasado mucha gente, aunque se nota la santa crisis. El mejor año fue el 2008, con una gran subida... En los dos últimos, han venido visitantes, pero buscan lo más económico.

--¿Qué ha cambiado?

--Hace 5 años nos marcamos el reto de conseguir la Q de Calidad, y fuimos el primer hotel de España en conseguirlo. Lo demás han sido más cambios en cuanto a las telecomunicaciones. Cuando abrimos, cuestiones como el ADSL estaban comenzando y optamos por ponerlo solo en una parte del hotel. Ahora hay wi-fi gratuita para los alojados. La cama en sí, las habitaciones y su baño, no cambian.

--Pero la historia del hotel se remonta a muchos años atrás.

--Al año 1951, cuando prácticamente solo estaban el Extremadura y el Alcántara. Vieron nacer la hostelería en la ciudad, y vivieron grandes momentos. El Cimov tenía jura de bandera cada 45 días... Podía haber una demanda hotelera de 4.000 plazas con las juras. Así que no solo se llenaba Cáceres, sino Trujillo, Mérida, Badajoz...

--¿Se buscaba una ruptura total con el nuevo el nuevo diseño?

--Lo fue. El otro edificio (en Virgen de Guadalupe, donde ahora está el edificio de viviendas de Pinilla) eran originariamente tres chalets que se unieron y que tenían un jardín por el que pasaba toda la ciudad. Mucha gente recordaba ese jardín cuando abrimos. Este está más orientado a la hostelería moderna, a congresos... Es otro tipo de hotel.

--¿Con otro tipo de cliente?

--Ha cambiado el perfil del visitante a Cáceres. Antes era más complicado llegar a la ciudad. Ahora tenemos más cliente de fin de semana.

--Los nostálgicos dicen que los hoteles modernos pierden esencia.

--Allí sucedía algo parecido al Gran Café. Todo el mundo conocía a los camareros, al recepcionista... Tenía su sabor, era más pequeño y podían fallar en algunas cosas... Y se les permitía. Decían que las tuberías del agua caliente y la fría estaban cambiadas. La del agua fría iba por la calle y se calentaba y la caliente salía fría, porque el calentador ni funcionaba... Como en cualquier casa. Estaba más cascaíto ... De ahí pasamos a camas con colchones y teles de última generación, caja fuerte para portátiles, 100 plazas de garaje, que allí no había... También es cierto que entonces quizás no era necesaria una plaza de garaje y ahora el cliente la pide. Quizás se ha perdido esencia personalista y han cambiado las necesidades del cliente.

--¿Qué queda de entonces?

--El primer cliente del antiguo hotel ha seguido viniendo a este.

--Lo que no cambia es el espíritu taurino, de hecho hay un busto de Julio Robles en el vestíbulo.

--Era amigo de la familia. Entre los toreros es muy habitual dormir siempre en el mismo sitio, por lo que, casi por inercia, pasaron del viejo Hotel Extremadura a este. Se organizan tertulias taurinas en la feria, el club tiene su sede aquí...

--¿Eso imprime carácter?

--Sobre todo en feria. En un día normal no se nota tanto.

--¿Qué nombre figuran en el libro de firmas?

--Toreros, todos. Pero también cantantes, políticos y gente curiosa. Desde Talavante a María Dolores de Cospedal, Fito, Bisbal, el Juez de Menores Emilio Calatayud, Pau Gasol, tras jugar su primer partido con el Barcelona, en el que perdieron con el Cáceres CB; Estrella Morente, Norma Duval, Estopa, Pocholo (en su firma hay un dibujo en el que dice "la terrible pantera de Cáceres"), Fran y Cayetano Rivera, Curro Romero, Nati Abascal, El Barrio o Forges, que dejó una firma en forma de viñeta... Además hay una carta de agradecimiento de Carolina Herrera, que la envió tras la boda de El Litri y su hija.

--¿La boda de El Litri fue una prueba de fuego?

--Vino mucho famoseo y fue una locura, con la puerta llena de prensa y los clientes pidiendo salir por otras puertas. Pero toda la gente, famosa, conocida o ilustre han actuado siempre de forma muy sencilla. Nadie ha pedido extravagancias. Aunque cuando vino David Bisbal, en 2002, ni le vimos. Acababa de salir de Operación Triunfo y era una locura la cantidad de gente que esperaba en la puerta. Iba del garaje a la habitación.

--Qué espera para esta década.

--Que esté el Ave, no solo con Madrid, sino que haya enganchado con Sevilla y Salamanca. Habrá más hoteles, esperemos que esté el palacio de ferias, que hayamos conseguido el Cáceres 2020, que continúe la proyección del Centro de Cirugía de Mínima Invasión... Y que Cáceres deje de ser la gran desconocida.