Ajena al rodaje, en Casar de Cáceres la mañana soleada transcurre tranquila. Nadie sabe indicarnos qué dirección debemos tomar para llegar a La Nave del Duende. Bueno, sí, el alcalde sí lo sabe. Y él, cortesmente, sale del ayuntamiento, monta en su coche y nos pide que le sigamos. "Esto lleva mucho tiempo abierto, lo usa el grupo Karlik", comenta Florencio Rincón que nos conduce directamente al interior de esta nave industrial convertida hoy en plató cinematográfico.

A las puertas no hay gorilas que impidan la entrada, ni tampoco se respira el nerviosismo propio del inicio de cualquier rodaje. Todo lo contrario: la gente sonríe entre cámaras, travellings, proyectores de iluminación... Eso sí, la prensa se agolpa en busca de entrevistas y hay un poco de barullo dentro del piso franco ideado por el director de arte Juanjo Vadillo para La punta del iceberg , el primer corto del director cacereño Rubén García, que el 8 de diciembre cumplirá "29 añitos".

García, amable y educado, siempre guarda una sonrisa para quien le mira. También desparrama sonrisas para sus actores, para sus cámaras, para su equipo. Está contento. Son tres años luchando, peleando por este proyecto cien por cien extremeño que escribió durante un curso que impartió Michel Gaztambide (el de La caja 507 ) y que fue precisamente quien le animó a que siguiera adelante con esta historia que él mismo definió como "potente. El (Gaztambide) me entusiasmó", confiesa García enfundado en su cazadora y sus vaqueros.

Rubén ha escrito una historia que va más allá de la historia de dos terroristas. "Obviamente son dos personajes que están rodeados de un entorno extremo, violento y difícil que ellos viven de una forma cotidiana puesto que es su día a día". Pero lo que el corto trata de contar es la incomunicación entre los hombres, "la soledad que tenemos muchas veces a la hora de decidir ciertas cosas. Aunque estemos rodeados de gente, a la hora de la verdad eres tú el que tomas un camino u otro".

Todo transcurre en 10 minutos, ese es el tiempo real, el tiempo en el que el personaje principal, Justo, acude al piso franco para comunicarle a Patricia que ha tomado una decisión definitiva que cambiará sus vidas. Y para esto García recurrió a Guadalupe Lancho (Herederos , Física o Química , Lalola ...) y a Alberto Amarilla (El camino de los ingleses , Imago mortis , Fuga de cerebros ...).

Rubén escribió La punta del iceberg pensando en Guadalupe. Y Guadalupe no podía llamarse sino Guadalupe, porque toda su familia es extremeña y al nacer pensaron que "lo mejor era que me llamara como la Virgen". Y Guadalupe se hizo actriz. Hoy se siente muy feliz porque acaba de recibir un nuevo premio por el corto Heterosexuales y casados que rodó con Vicente Villanueva (el cuarto galardón que acumula ya por este trabajo).

Ahora en su papel de Patricia es una mujer práctica, pragmática, que solo se parece a ella en que ambas han tomado decisiones fuertes e importantes en su vida. Es imposible escapar a la mirada de Guadalupe, ni a ese "Extremadura me encanta, tío", ni a ese "nos vemos", ni a ese "¡¡¡suerte para el corto!!!!" que suenan tan sinceros...

EL REENCUENTRO Hoy Alberto Amarilla ha desayunado con su padre. "Papá, me voy a trabajar", le ha dicho al despedirse, rememorando aquellos años del Norba en los que le decía: "Papá, me voy al instituto". Hoy ha habido algo que se ha unido dentro de Alberto, esas dos parcelas que tan divididas tenía: su casa familiar en Cáceres, su trabajo en Madrid. "Siento realmente que algo que estaba dividido se empieza a unir en mí".

El culpable de esa unión ha sido Rubén: "Tenía que optar a lo máximo y Alberto es un actor con una trayectoria importante y una creatividad impresionante. Y aquí lo tenemos...".

Alberto regresa a su tierra, y lo hace para trabajar en lo que siempre soñaba antes de marcharse de ella: ser actor. Y hoy es Justo, el hombre que, como él, un día independizó su corazón de su cabeza para escucharse a sí mismo. Para formar esa otra punta del iceberg que junto a la de Guadalupe forman este proyecto de Rubén, este glaciar cinematográfico que sobrevive a las mareas de la crisis y navega ya en busca de la corriente del éxito.