Hace un año recibió una carta del ayuntamiento. En ella le notificaban la obligación de marcharse del local municipal donde regenta una tienda de 'souvenirs', en la plaza de San Jorge. El negocio, que Ana Belén Garrido heredó de su madre, lleva abierto casi medio siglo, pero el consistorio quiere utilizar los dos locales que ocupa la tienda (19 metros) para ampliar la cafetería que allí ha abierto la Fundación Mercedes Calles y Carlos Ballestero. Comenzó entonces un litigio judicial que ha terminado con una resolución favorable a ella: El juez obliga al consistorio a ofrecerle de nuevo a Garrido el local; si ésta acepta las condiciones de alquiler, podrá quedarse. La sentencia puede recurrirse a la Audiencia Provincial.

--¿Cómo se ha tomado la resolución del juez?

--Lo siento como una victoria, la gente me felicita. Soy consciente de que se puede recurrir, por lo que todavía tengo el alma en vilo. Si el ayuntamiento recurre demostrarán que no tienen corazón.

--¿Cómo ha pasado este año?

--Vivo el día a día, pero es un sinvivir el no saber qué va a pasar. Tengo 41 años y una hipoteca que pagar, si me dejan sin trabajo, ¿dónde voy a ir con mi edad? Mi madre sufre una depresión desde entonces y no acaba de entonarse.

--¿Qué es lo que más le ha dolido?

--Que nadie se ha dirigido a mí, ni del ayuntamiento ni de la Fundación Mercedes Calles. Ahora, en esta plaza, me siento sola, nunca será lo mismo. Nunca pensé que llegaría a esta situación, aún no me lo creo.

--¿Qué recuerdos tiene de la plaza de San Jorge?

--Me he criado aquí. De pequeños estábamos todo el día en la tienda con mi madre. Recuerdo que en la plaza se sentaba la bolillera y el orfebre, era la plaza de todos. Hace diez años, cuando mi madre se jubiló, me quedé con el negocio. Trabajo de lunes a domingo y hago también de guía turístico, mientras las oficinas de turismo están cerradas.

--¿Ha cambiado esta situación su idea de negocio?

--En la tienda solía tener muchas más cosas de las que tengo ahora, porque casi no compro más mercancía; voy tirando con lo que tengo. No pido más porque no me puedo arriesgar a gastarme el dinero y que luego me echen.

--¿Qué es lo que más compran los turistas?

--Ahora lo que más se vende son imanes o dedales. También gustan mucho los platos con paisajes de Cáceres, las cigüeñas, bellotas, cerezas o camisetas.

--¿Qué le diría al ayuntamiento?

--Que hay que gobernar para el pueblo. No me han permitido ni hablar con la alcaldesa. Sigo teniendo miedo porque pueden recurrir, pero voy a luchar porque lo que pido es una cosa justa, estoy defendiendo mis derechos. No me pueden dejar sin trabajo por ampliar una cafetería con los 19 metros de mi tienda.