La joven A. S., llegó a la base militar de Santa Ana el 7 de abril del año pasado. En una entrevista concedida a La Vanguardia, publicada el pasado día 1, A. S., manifiesta que decidió explicar su caso tras ver por televisión el que afectó a la también soldado Dolores Quiñoa, presuntamente violada en Piornal por un teniente.

En sus declaraciones, A. S., señala que fue la tarde del 26 de abril cuando conoció, en la cantina del acuartelamiento, a los cabos A. F. y J. B., que le propusieron tomarse unos "cubatas" en sus habitaciones tras el toque de silencio.

Acudió, según asegura, porque el cabo la obligó, y ya en la habitación A. F., "me empujó encima de la cama y me dijo que no chillara. Me quitó la ropa y me obligó a...". Indecisa, fue en mayo cuando habló con el coronel-jefe.