Lleva un año vacío y tapiado. Hace doce meses que el Bloque C (en Aldea Moret), el edificio más castigado por la delincuencia y la marginalidad en la ciudad, pasó a la historia. Entonces el ayuntamiento se negó a derribarlo y anunció que lo reconvertiría en un geriátrico. Pero actualmente, un año después de todo aquello, el gobierno local continúa buscando financiación para conseguir que el inmueble acabe siendo una residencia de ancianos. "Estamos buscando financiación, pero estamos viendo cómo hacerlo", dijo la alcaldesa.

Heras indicó que el ayuntamiento "no puede ni tiene porqué abordar esta actuación" e insistió en que, en este momento, las obras solo podrían llevarse a efecto a través de la iniciativa privada previa convocatoria de un concurso público para la adjudicación del servicio, puesto que el edificio es de propiedad municipal.

Los servicios jurídicos del ayuntamiento barajan que sea una fundación la que aporte el dinero, según explicó la concejala de Asuntos Sociales, Marcelina Elviro, que no avanzó de qué organización se trataba. "Llevamos dos meses intentando cerrar este trámite, que supondrá una obra muy importante para la ciudad. Es un tema que no está parado, pero es mucho dinero", incidió la edil responsable.

En octubre del 2009 se lanzó la propuesta de la creación de un geriátrico con capacidad para 200 ancianos y cifraba la operación en 4,2 millones de euros. La mayoría de los vecinos de Aldea Moret, que durante 22 años sufrieron de cerca los conflictos del Bloque C, reivindicaron también, a través de este diario, que en el edificio situado en la calle Ródano se construyera una residencia de ancianos, ya que se trata de una barriada con un gran número de personas mayores. Hubo algunos que deseaban que se convirtiera en una jefatura de policía o en un centro de salud.

OTROS GERIATRICOS Algo parecido sucedió con la construcción del geriátrico en el seminario, situado en la calle Héroes de Baler. La Iglesia cedió parte de sus terrenos para su creación, que la llevó a cabo y la sufragó el grupo empresarial Care, dedicado a gestionar estos centros de mayores, y Sodiex (Sociedad para el desarrollo Industrial de Extremadura). Tal y como el ayuntamiento pretende, la iniciativa de esta residencia de mayores surgió de manos privadas, que presentaron su propuesta al obispado y este la aprobó. Aunque en esta ocasión, al tratarse el obispado de un ente privado, la gestión de las obras corrió por parte del grupo empresarial Care, sin necesidad de convocarse un concurso público (como se hará con la reconversión del Bloque C). Care, que paga un alquiler a la Iglesia por la cesión de los terrenos, firmó un contrato para gestionar el centro durante 30 años.

Aunque los trámites del edificio de la calle Ródano han sido mucho más complicados. Tras ser encontrada en el mismo a una emparedada en el año 2006, comenzaron los trabajos para deshabitar el inmueble y realojar a las familias en otras viviendas sociales situadas en la barriada. Una vez vacío, el Bloque C se tapió para evitar ocupaciones. El geriátrico fue una idea útil para borrar el pasado del mismo, pero un año después de su anuncio, el futuro centro de ancianos continúa siendo una incógnita.