Ya se dijo en noviembre de 2002 y durante quince años se ha venido barajando. Acaba de confirmarse. La Junta de Extremadura cerrará el Hospital Virgen de la Montaña en cuanto abra la primera fase del nuevo complejo sanitario en el Cuartillo, prevista para el segundo semestre de 2018. Dicho de otro modo, a la vuelta de la esquina. La pregunta que se ha venido posponiendo a lo largo de todo este periodo, pronto tendrá que encontrar una respuesta: ¿Qué uso se le dará al Hospital Provincial? La Diputación de Cáceres, titular del recinto, será la responsable de encontrarlo. La presidenta pide «imaginación» y «prudencia» en este debate. Aún no hay propuestas.

Se trata de un gran edificio decimonónico asentado sobre una parcela de 10.000 metros cuadrados, en un lugar estratégico como pocos, en pleno corazón de la capital cacereña. Pero también tiene sus escollos: necesitará una reforma sustancial y cuantiosa para cualquier uso, y además el recinto se incluye en el Plan Especial de Protección y Revitalización del Patrimonio Arquitectónico de Cáceres, con un nivel de protección estructural que ampara elementos de su composición, ornato, estructura y organización interior. En definitiva, cualquier remodelación tendría sus condicionantes. Todo ello debe sopesarlo la Diputación Provincial, que durante años descartó su venta. Ahora ni abre ni cierra ninguna puerta.

Así las cosas, este inmueble emblemático se quedará huérfano de contenidos después de 127 años funcionando como hospital de los cacereños. Fue el primero concebido para toda la provincia y el mejor dotado en sus inicios, con los avances de la época, según explica el responsable del Archivo Histórico Municipal, Fernando Jiménez Berrocal. Porque hasta su construcción existieron enfermerías u hospitales más precarios, como el del Sancti Spíritu, de origen medieval, para mujeres (donde se levantó Capitol), o el Hospital de la Piedad, del siglo XVII, para hombres (donde se construyó la Audiencia).

EL GRAN PROYECTO DEL S. XIX / Al crearse las Diputaciones Provinciales, relata Jiménez Berrocal, se convirtieron en las responsables de las políticas de salud y beneficencia que había desarrollado mayoritariamente la Iglesia. En 1841 se abrió el primer hospital de manos de la diputación cacereña en el antiguo convento de San Francisco. Se denominó Hospital General Civil. Desde mediados del siglo XIX se proyectó la creación de otro edificio más eficiente que cubriera las necesidades sanitarias de los vecinos de la provincia, pero su coste lo hacía inviable, «hasta que por fin en 1884 comenzaron las obras de un complejo majestuoso para la época, cuya construcción costó a la diputación 71.876 pesetas», detalla el historiador. En 1990 se abrió como Hospital Provincial Virgen de la Montaña.

Fernando Jiménez Berrocal recuerda que fue la mayor obra del siglo XIX en Cáceres y el primer hospital público dotado de personal y de recursos adecuados. En suma, el primer hospital moderno. «Estaba a las afueras, en un cerro para favorecer la buena ventilación del recinto, dado su carácter sanitario. Por entonces solo existían otros tres edificios en esta zona de la periferia, llamada ‘las afueras de San Antón’: las Hermanitas de los Pobres (1885), el Parador del Carmen (finales XVIII-principios XIX) y la estación de tren (1881)», precisa el historiador. Pronto comenzaría el ensanche cacereño, que jalonó de bellas viviendas pseudomernistas la apertura de la ciudad hacia el Sur, buscando el ferrocarril.

Resulta anecdótico que al poco tiempo de inaugurarse este hospital, se pidió a la diputación que cediera una parte para poder alojar a la guarnición militar permanente que por fin se había otorgado a Cáceres, a través de una orden del general Ezponda: un escuadrón de Caballería y dos compañías de Infantería. La institución no vio con buenos ojos el proyecto y pidió al ayuntamiento 1 millón de pesetas, además de un solar, para levantar otro hospital, dejando este gran inmueble para los militares. Obviamente, el consistorio prefirió comprar un solar más económico en el cerro del Teso y entregarlo al Ejército. Allí se enclava hoy el Cuartel Infanta Isabel.

DEFICIENCIAS DESDE SU INICIO / Y es que cuentan que este hospital siempre ha arrastrado deficiencias en sus instalaciones, y ha supuesto quebraderos de cabeza a la diputación. Hacia 1914 ya se hablaba de su mal estado, según las crónicas, muy posiblemente por el uso intensivo y continuo que ha tenido. Ya en los años 80 se acometió quizás la mayor rehabilitación desde su construcción, siendo presidente provincial Jaime Velázquez. En 1990 pasó a depender del Insalud, y años más tarde del SES extremeño con el traspaso de las competencias sanitarias, pero siempre ha sido propiedad de la diputación.

En los últimos tiempos, sus deficiencias han vuelto a hacerse evidentes con el desplome de algunos falsos techos y otras anomalías. El incendio de marzo del año pasado en un almacén de lavandería obligó a desalojarlo y a cerrar los cinco quirófanos algunos días. Fue un accidente fortuito, pero el debate sobre el estado del hospital volvió a salir a la palestra. A esas alturas nadie ocultaba que la falta de mantenimiento preventivo del recinto desde hace muchos años, debido al traslado de sus servicios al nuevo hospital, y al retraso en las obras de éste, ha generado un deterioro.

En cualquier caso, el Hospital Virgen de la Montaña ha desempeñado un papel determinante en la atención sanitaria. Durante décadas, y hasta la apertura en 1956 de la Residencia San Pedro de Alcántara, fue el único de referencia en la provincia. Desde entonces también ha mantenido una actividad intensa por su amplia cartera de servicios: Cirugía Plástica, Geriatría, Oftalmología, Alergología, Psiquiatría... Estas áreas se distribuirán desde la segunda mitad de 2018, según la Consejería de Sanidad, entre el nuevo complejo hospitalario y el San Pedro de Alcántara.

De hecho, los presupuestos extremeños de 2018 contemplan 20 millones de euros para concluir y equipar la primera fase del nuevo hospital a fin de abrirlo en el segundo semestre, tal y como afirmó el consejero de Sanidad, José María Vergeles, en su visita a las obras el pasado 20 de diciembre. Todos los servicios quirúrgicos del hospital San Pedro de Alcántara se trasladarán al complejo del Cuartillo. Dejarán espacio a las áreas que a su vez se trasladarán desde el Virgen de la Montaña al San Pedro de Alcántara: Alergología, la unidad de hospitalización breve de Psiquiatría y el servicio de Geriatría (el resto también pasarán al nuevo hospital). En ese momento, el edificio se cerrará y volverá a manos de la diputación.

¿Y AHORA...? / Ante las evidentes preguntas que se formulan estos días, la presidenta de la institución provincial, Rosario Cordero, ha indicado que «en los próximos meses» se decidirá el «mejor uso» para el edificio, y ha insistido en que «no hay que crear incertidumbre» y que la decisión «final» se hará «entre todos».

Cordero ha reconocido que algunos colectivos le han hecho llegar proposiciones para este inmueble, pero ha pedido «prudencia» a la hora de tomar la decisión, que «no será de hoy para mañana», recalcó recientemente ante los medios.

No obstante, respecto a la propuesta del PP de dar al recinto un uso administrativo, aglutinando todos los servicios de la diputación que ahora se encuentran dispersos en 18 edificios, la presidenta ha defendido que «están atendidos cada uno donde están». Además, ha recordado que el PP trasladó en la anterior legislatura algunos servicios al edificio de Julián Murillo con una «inversión muy importante». «Yo creo que hay que ser más innovadores y más imaginativos para buscar el uso al hospital», recalcó Cordero, que además estima que los distintos ayuntamientos deben aportar sus ideas, porque este recinto «es de toda la provincia».

Sin embargo, el Grupo Popular en la diputación sostiene que ha llegado el momento de abordar el asunto «entre todos», con un debate donde impere «el sentido común», según explica a este diario el portavoz del PP, Alfredo Aguilera, que considera que la diputación «no ha hecho los deberes» en este sentido. Recuerda que, en 2016, el PP ya presentó una moción que fue rechaza por el PSOE aduciendo que no era el momento de debatir el futuro del hospital.

«Ya es el momento de hablar», afirma Aguilera, que urge al Gobierno provincial a que planifique con antelación y se pronuncie para lograr unos servicios públicos «de eficacia». Por todo ello, los populares volvieron a presentar al pleno del pasado viernes una propuesta en la que piden la creación de una comisión especial de estudio para definir el uso del hospital y redistribuir los servicios de la diputación.

El Grupo Socialista, con mayoría en el pleno, desestimó la propuesta alegando que no es una cuestión prioritaria. El diputado de Ciudadanos sí apoyó la moción y propuso ceder ese espacio a la ciudadanía. El viejo hospital busca un nuevo futuro. En unos meses debería desvelarse. En Cáceres, las cuestiones hospitalarias caminan lentas.