Parte de algunos edificios y monumentos del casco histórico permanecían hasta ahora ocultos a los ojos de cacereños y turistas. Sin embargo, la apertura de la torre del Bujaco y de otras en proyecto (Torremochada, los Pozos y los Púlpitos), y la creación de nuevos miradores (Obispo Galarza y San Marquino), facilitan ahora nuevas perspectivas de ciertos rincones de la parte antigua poco o mal iluminados, que necesitan una reforma.

El Plan de Excelencia Turística intentará paliar algunas de estas deficiencias antes de su conclusión en marzo. Si no pudiera, las mejoras quedarán pendientes de su inclusión en próximas actuaciones municipales. Por ejemplo, la parte trasera del Museo de las Veletas no está bien iluminada, al igual que la zona inferior del palacio de los Golfines de abajo. El palacio que ocupa la Diputación Provincial y la Casa de los Caballos también son mejorables según los técnicos del ayuntamiento.