La biblioteca del instituto Hernández Pacheco invita a un viaje al pasado de los libros escolares de los siglos XIX y XX. La exposición Así aprendimos, realizada por las profesoras del centro Julia Suárez, Paloma Osorio y Soledad Fernández, se convierte en un pequeño lujo al alcance de alumnos y curiosos que quieran descubrir cómo eran antes y después de 1900 los libros de textos y su sorprendente evolución.

Con cerca de 250 ejemplares de diferente formato aportados principalmente por particulares, la muestra se transforma en un recorrido didáctico desde mediados del siglo XIX. "Aparte de divertirnos, el objetivo era analizar la historia de los textos anteriores", explica Julia, que recuerda la dificultad en poder recuperar libros de su generación en los años 60 y 70. "Se tiraban todos porque sufríamos en el colegio", añade Paloma.

El interés de la exposición radica en la labor de recopilación que han realizado las tres profesoras. Un amplio abanico de textos que demuestran la evolución de los libros de textos hasta la época actual: "El contenido antes venía explicado por entero. Ahora lo hace en muchos apartados y se reduce bastante", explican.

Ejemplares únicos

La exposición está dividida en etapas aunque con algunos apartados especiales como el dedicado a las mujeres. Es curioso observar los manuales de urbanidad sólo para ellas e incluso de qué manera se les adoctrinaba en labores de amas de casa como el bordado de la canastilla.

Para los hombres no faltan tampoco las enseñanzas de Torrente Ballester sobre los valores del Movimiento en Aprendiz de hombre, toda una demostración del peso de la ideología en los libros del colegio antes de la llegada de la democracia. También son destacables las demostraciones de caligrafía.

"A los alumnos les llama sobre todo la atención la separación entre hombres y mujeres que había antiguamente", señalan Paloma y Julia. Sobre el futuro de los libros, apuestan que se mantendrán a pesar de la implantación del soporte digital, aunque reconocen que sus alumnos ya no los guardan. "Antes estaban mejor diseñados aunque eran más tristes. Daban miedo. Ahora se hacen con colorines y antes eran para aprender. Ahora son para estudiar y aprender y también disfrutar", añaden las responsables de la exposición, que estará abierta en el instituto de la avenida Rodríguez de Ledesma hasta el 10 de febrero. Una invitación para volver a aquellos maravillosos libros.