NACIO EN SAMA DE LANGREO (ASTURIAS), 1960.

PROFESION TELEOPERADOR.

CARGO PRESIDENTE Y COFUNDADOR DE LA ASOCIACION SOCIO-CULTURAL ALDEA MORET.

La Asociación Socio-Cultural Aldea Moret lleva 68 días funcionando. En este corto tiempo, se ha hecho oír con denuncias ampliamente documentadas sobre las deficiencias del barrio. Su primera semana cultural, que se inició ayer, estrena su programa de actividades con las que pretende implicar a los vecinos. Su presidente, que opina que en el barrio van a pasar sucesos como los de Cortegana (Huelva) si no se atajan sus problemas, explica el porqué de esta actividad.

--¿Con qué objetivo se organiza esta semana cultural?

--Intentar sacar a la gente de casa, que participe, que se implique en el barrio, ya que las administraciones no lo hacen. Ahora estamos doce personas en la directiva y tenemos 150 socios. Estas actividades están enfocadas a ellos, para que vengan, opinen, reflexionen y decidan qué hacer por el barrio. No tenemos sede, ni subvenciones y funcionamos gracias al centro de recursos de formación, pero hay que hacer cosas.

--A pesar de esas carencias, la asociación ha empezado fuerte y, en poco tiempo, se ha convertido en una voz firme de denuncia sobre la situación que vive Aldea Moret.

--Sí. Es que el problema del barrio es la conflictividad que hay y, como no se ataje ya, si no ponen soluciones, esto va a derivar en sucesos como los de Huelva --en la localidad de Cortegana hace una semana dos millares de vecinos destrozaron viviendas y propiedades de gitanos del barrio Las Eritas--. La gente está muy quemada. A la primera convocatoria que hizo esta asociación, vinieron cien personas y su primera queja es sobre el colectivo gitano. Nos cuesta frenar a la gente. Es necesario que se busque una solución a los que no se integran y templar ánimos, que es lo que nosotros queremos.

--¿Es posible solucionar los problemas de Aldea Moret?

--Sí es posible, los que estamos en esta asociación lo creemos, pero no es fácil. Lo primero que quieren hacer muchos es salir a cortar la carretera. Se ven en el día a día los ánimos de la gente. El colectivo gitano no tiene la culpa, al menos no de todo, el único culpable es la Administración que hace 8 años permitió meter a cierto ganado en los pisos. Aquí se permiten actividades ilegales que no se permiten en el resto de la ciudad: fogatas, tráfico de drogas, venta de fruta... El ayuntamiento nos tiene abandonados. También hemos intentado hablar con representantes del colectivo gitano, pero no lo hemos logrado.

--Una de las actividades programadas es la tertulia del voto. ¿Qué es y para qué se organiza?

--Ponemos una urna para que la gente introduzca sugerencias o denuncias y se decide después qué hacer con ellas, si se envía a la prensa, a las administraciones. Es una forma de invitar a los vecinos a participar.

--Su asociación promueve la Plataforma Vecinal de Aldea Moret para aglutinar a todos los grupos vecinales. ¿Es posible?

--Debería serlo por el bien del barrio, la unión contra los problemas. Hemos tenido contactos con Santa Lucía, La Cañada y Ríotinto. Hay cierto interés por una unión puntual para pelear los problemas más graves, pero por ahora no quieren disolverse para crear un solo colectivo.