César Ráez, uno de nuestros más prestigiosos chefs, puede presumir de un logro que no todos han conseguido en Cáceres: 19 años al frente de unas jornadas del arroz que llevan su sello indiscutible y que en esta ocasión son aún más especiales porque a ese sello se une ahora el de su hijo, César Pedro Ráez Villalta, un cocinero con futuro más que prometedor, amable en las formas y en la cocina, y que es un dignísimo sucesor de su padre. Los dos y el presidente de la Mesa del Arroz de Extremadura, Félix Liviano, presentaron ayer esta nueva edición que llenará con los mejores arroces el Restaurante Torre de Sande desde hoy y hasta el domingo.

Una carta para este restaurante de los Ráez, ubicado en la ciudad monumental, en la que los comensales encontrarán desde el arroz con espárragos trigueros, el negro, el de berzas, el del señorito, hasta el arroz de boletus o el de carrilleras, pasas y dátiles. Todo un surtido a 30 euros por persona en el que este año se incorpora como novedad el ajo negro, producto en la actualidad tan de moda por su textura suave y tierna y su agradable olor y que, dicen, previene y es muy eficaz para la diabetes o la hipertensión.

Aquí el arroz no es un acompañamiento sino un plato principal. Un arroz valencianoextremeño, dado el origen valenciano de Ráez, cuidadosamente elaborado. De 50 a 100 kilos de este producto pasarán por la cocina del restaurante bajo la reivindicación justa de Liviano: por favor, cuanto antes, que Europa exija que el arroz esté etiquetado para que el consumidor conozca su procedencia, el origen del producto frente al que se importa. Extremadura produce 185 millones de kilos al año, lo que supone el 19% de la producción del país. Si la Unión Europea exige unos controles de calidad en la cadena productiva, ¿por qué no exige un etiquetado correcto? Ahí queda eso.

MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ