Todavía huele a humo. El rastro de las llamas deja de momento un olor característico a la entrada del Asador Carlos V, el local de la plaza que se vio sorprendido el jueves por un incendio en la cocina. El fuego se originó en la parrilla, calcinó parte de la infraestructura y afectó al extractor y a las plantas contiguas. El propietario del local ultimaba ayer entre llamadas las garantías del seguro que cubrirá los daños que afectan al restaurante de la plaza Mayor. Inquieto, pero con una tranquilidad pasmosa al auricular. Entre los soportales repartía papeles y acompañó a este diario a revisar el espacio donde nacieron las llamas y que se encuentra en un estado irrecuperable -fotografía superior-.

Uno de los testigos que frecuenta la zona recordó ayer cómo vivió el suceso. Las llamas subían por la chimenea de la última planta del bloque, que tuvo que ser desalojado. Las sirenas de los bomberos y la policía local congregaron a numerosos curiosos que quisieron ratificar con su presencia la labor del personal que se encargó de extinguir el fuego que estuvo activo hasta casi la medianoche. Más que peligroso, no hubo que lamentar ninguna víctima, el incendio fue aparatoso por la altura de las llamas y por la zona en la que se encontraba.

De momento, los operarios deberán retirar los elementos de la cocina que no se pueden utilizar, los vecinos se recuperan de susto que vivieron la noche del jueves cuando tuvieron que ser desalojados y la plaza recupera esa normalidad que parece no perder nunca. La esperanza del propietario es reabrir el local en quince o veinte días.

El portavoz del gobierno local, Rafael Mateos, quiso hacer mención a lo ocurrido la noche del jueves en la entrada al casco antiguo y agradeció la labor de los cuerpos de seguridad. Aplaudió la diligencia con la que actuaron policía local, policía nacional y bomberos para evitar que el fuego se propagara. «Se reaccionó a tiempo y se evitaron males mayores», concluyó.