Tres negocios de Nuevo Cáceres han vuelto a sufrir la visita de los ladrones durante la misma noche. Los hechos ocurrieron en la madrugada del lunes al martes en el mesón La Torre de Icaro, donde consiguieron llevarse dinero y provocaron daños materiales, en la tienda de muebles y decoración Habitania, donde también encontraron algo de dinero y dejaron las oficinas revueltas, y en la óptica Perfectvisión, aunque aquí todo quedó en el intento con algún destrozo.

La Policía Nacional tomó ayer huellas en los tres establecimientos e investiga si existe relación entre las distintas acciones, que han hecho recordar la oleada de robos que sufrió Nuevo Cáceres el año pasado. De hecho, la noticia se ha extendido con rapidez entre empresarios, comerciantes y hosteleros, que confían en que aquella situación no se repita. "La cosa parece tranquila últimamente, esperamos que sea algo puntual", comentaba ayer un hostelero. "Entre robos y graffitis , vamos apañados", secundó la empleada de una tienda.

Del primer robo se tuvo conocimiento al instante. Fue en La Torre de Icaro, en la avenida Pierre de Coubertin. Tras cerrar el negocio, hacia las 00.40 horas, el propietario observó que la persiana de seguridad había sido forzada y un cristal estaba roto, por lo que llamó a los agentes. Hasta el lugar se desplazaron dotaciones de Policía Nacional y Policía Local, que comprobaron que se había producido un robo. "Faltan 400 euros que teníamos para el cambio, pero lo peor es que han tirado el ordenador, está destrozado", lamentó el dueño, que sufrió otro asalto en junio.

En la tienda de Habitania, situada en la calle Jerusalén, también se llevaron una pequeña cantidad de dinero en metálico, "aunque lo peor son los daños: han roto la verja de seguridad, han entrado en la zona de oficinas y han tirado los papeles por el suelo. Está todo patas arriba, nos hemos pasado la mañana ordenando", explicaron ayer desde el establecimiento, donde ya robaron hace dos años. Afortunadamente, ningún mueble ni artículo de decoración resultó dañado.

En la óptica Perfectvisión (calle San Petersburgo) tuvieron suerte. "Han tirado de la verja hacia fuera y la han desencajado, pero algo les asustó y huyeron sin entrar. Ya se sabe, si no nos toca a unos les toca a otros", lamentó el personal nada más marcharse la policía científica.