Hoy comienza un macrojuicio con 14 imputados por tráfico de drogas en el norte de la provincia de Cáceres. La Fiscalía solicita para todos ellos penas de 74 años y medio de prisión (de cuatro a nueve años de cárcel para cada uno). Solicita también multas que ascienden en total a 1,5 millones de euros. La actividad ilícita fue descubierta por la Guardia Civil tras una denuncia formulada en Cabezuela del Valle alertando de que un vecino de la localidad vendía de manera reiterada sustancias estupefacientes a su hijo drogadicto.

La operación fue bautizada como 'Camocho'. Tras las investigaciones oportunas y mediante escuchas telefónicas los agentes lograron identificar a José D. L. y a su mujer Dalila S. T. que distribuían heroína y hachís en Cabezuela. La droga la conseguían de otro clan familiar afincado en Plasencia, en el barrio de San Lázaro. Su cabecilla era Jacobo S. F. Para él trabajaba su esposa Juana R. V. Ambos ya habían sido condenados por la Audiencia a tres años de prisión por tráfico de estupefacientes. Vendían principalmente heroína y cocaína tanto al menudeo como a terceras personas, para que a su vez estos lo vendieran a sus clientes.

Según el escrito de la Fiscalía Jacobo era el cabecilla de un clan familiar en el que también trabajaban sus padres Manuel V. S. y María Jesús F. F., sus sobrinos Diego S. E. y Jonathan S. F. (alias Yoni) y la mujer de este último, Soledad J. S. (alias Raquel). Además de su tía, Marina S. F. (alias la negra) y su cuñado (hermano de su esposa Juana), Emilio R. V. (alias Perico). Cada uno tenía su función: unos realizaban las entregas en su domicilio particular o en el lugar en el que acordasen con los clientes y otros llevaban a cabo vigilancias constantes para evitar ser cazados.

PERSONAS AJENAS Además de su familia trabajaban para Jacobo terceras personas ajenas al clan, como el politoxicómano Agapito T. G que actuaba como "aguador", es decir, cumplía los encargos que se le pedían en cuanto al transporte de sustancias, búsqueda de compradores o vigilancia. Le pagaban con droga para su consumo.

Por último, María del Carmen B. E. era la que proveía de las sustancias estupefacientes al cabecilla del clan. Ella también estuvo condenada a tres años de prisión por tráfico de drogas.

En el momento de la detención, en abril del 2013, les fueron incautados más de un kilo de sustancias: 1.080 gramos de heroína, 240 gramos de cocaína, 105,5 de marihuana y 27 papelinas con mezcla de heroína y cocaína. Además de utensilios para cortar la droga, 27.323 euros en metálico y armas de fuego (un subfusil, una pistola de 9 milímetros, un rifle de munición, una escopeta repetidora, dos pistolas de aire comprimido, dos de fogueo, tres cargadores y munición). Se les intervinieron también cuatro vehículos con los que realizaban la actividad delictiva.