La Audiencia juzga hoy por coacciones, amenazas y prevaricación a un suboficial de la policía local, R. A. R., y dos agentes a su mando, P. F. M. y A. C. G., que supuestamente urdieron un plan para presionar y amedrentar al dueño de un taller que había comprado una furgoneta por la que había mostrado también interés el suboficial. La Fiscalía ha pedido para los tres policías dos años de prisión y una indemnización de 3.000 euros para el dueño del taller. El suboficial quería que le revendiera la furgoneta, pero no llegaron a ningún acuerdo, por lo que le dijo que se atuviera a las consencuencias, según la Fiscalía. Por ello, los acusados, aprovechando un día que coincidieron, decidieron retirar de la vía varios vehículos propiedad del taller.

En octubre del año pasado los agentes retiraron con la grúa la furgoneta en discusión y otro vehículo a sabiendas de que no incurrían en ninguna infracción puesto que eran vehículos que no circulaban por la calle, de ahí el delito de prevaricación. Cuando el dueño se personó en la jefatura para que se le devolvieran los vehículos, el suboficial lo impidió alegando aparcamiento inadecuado. El dueño tuvo que recurrir a los tribunales para que les fueran devueltos.