La Audiencia Provincial de Cáceres iniciará el lunes uno de los más multitudinarios juicios que por tráfico de drogas se han celebrado en la ciudad. En el banquillo de los acusados se sentarán 13 miembros de una importante red de narcos que fue desarticulada en noviembre del 2004, y entre los que figura un policía nacional de Coria.

Ante tan elevado número de acusados, y también de abogados, pues cada uno de los imputados tiene su respectivo letrado para la defensa, este macrojuicio tendrá que celebrarse en la sala de vistas del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura y no en la de la Audiencia, algo inusual o, al menos, poco habitual.

A los 13 acusados se les imputan delitos de tráfico de sustancias estupefacientes de las que causan grave daño a la salud, por los que el Ministerio Fiscal solicita condenas que suman un total de 69 años de prisión --a 9 años de prisión se enfrentan dos de los acusados, a 7 uno de ellos, dos a 6 años, tres de ellos a 5, dos más a 4 años y tres acusados a 3--. Para el agente implicado se solicitan seis años de prisión.

ACTUACION POLICIAL La operación policial que llevó a descubrir y desarticular al grupo, entre cuyos miembros figuran propietarios y camareros de bares de Cáceres y otras localidades cacereñas, y que operaba en muy diferentes puntos de España, se inició precisamente con el seguimiento del agente de la Policía Nacional, Carlos S. V. Estando en San Sebastián, a éste se le había suspendido provisionalmente de sus funciones por hallarse implicado en actividades delictivas contra la salud pública, "y en la vigilancia de que estaba siendo objeto se detectaron actitudes sospechosas que motivó que se solicitara al Juzgado de Coria, lugar donde en septiembre del 2004 estaba domiciliado, un mandamiento para la intervención de su telefóno".

Desde el 3 de septiembre y hasta que se llevaron a cabo las detenciones, en octubre y noviembre, "fueron numerosas las llamadas que el policía acusado recibió de terceras personas interesadas en adquirir tanto cocaína como hachís, y también las de otros acusados para adquirir droga para, por su parte, poder abastecer a su clientela".

A través de este policía de Coria se llegó a los otros 12 detenidos, entre los que figura como uno de los principales miembros de la red Arsenio J. B., residente en la calle Santa Joaquina de Vedruna de Cáceres, que además de facilitar droga para su venta al agente, también se la suministraba a otras personas para la transmisión a otros.

Además, recorrió bares de Cáceres y la provincia donde captó como clientes a dueños y camareros, como los otros imputados Carolina M. M., Fernando B. P. y la mujer de éste Ana R. P., todos camareros de bares de Cáceres; Juan M. L., regente de otro bar también de Cáceres; y Antonio C. O., propietario de un bar de Las Hurdes.

Entre los acusados figuran también Marina G. M., esposa de Arsenio J. B., y su hijo Rubén J. G. Y completan la red Atanasio P. A., que actuaba como intermediario entre Arsenio y los compradores de cocaína y hachís; Alvaro M. F., que compraba cocaína para venderla en Jerte; Pedro N. G., uno de los suministradores de Arsenio; y Manuel C. C.

En la operación policial que llevó a la detención de todos ellos se intervinieron 145 gramos de hachís, 1.790 gramos de cocaína, varios vehículos, dinero y teléfonos móviles.