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Fax: 927 620 626. E-mail: epextremaduraelperiodico.comTanto la Inspección de Consumo como la Federación de Amas de Casa, Usuarios y Consumidores de Cáceres recogieron ayer nuevas reclamaciones, al menos una docena más, por supuestas irregularidades cometidas en el cotillón de fin de año del Palacio de los Golfines, un caso sin precedentes: falta de seguridad, exceso de aforo, cobro de servicios incluidos en el precio, escasez de bebidas y carencia de hojas de reclamaciones, entre otras. Los denunciantes reclaman la devolución de la entrada: 55 euros.La abogada de la federación de amas de casa y consumidores, Marian Suárez, que informó a todos de sus derechos y los trámites a seguir, aseguró que es la primera vez que ocurre un caso así con tal volumen de reclamaciones de golpe. Tras las denuncias, según explicó a este diario, actuará la Inspección de Consumo y, según su resultado, se estudiará una posible media global desde la federación.El responsable de la organización de la fiesta, Antonio Costa, desmintió ayer que se produjeran estas anomalías, reconoció fallos, como en el caso del cobro y tardanza del servicio de ropero, que "no fueron intencionados" sino provocados, según explicó a este diario, por un "exceso de celo profesional" de las encargadas de guardar los abrigos para que ninguno se extraviara.Con la entrega de cada prenda, por la que se cobraba un euro --los denunciantes creían que entraba en el precio del cotillón--, se anotaba el nombre del propietario y eso provocó largas colas y muchas protestas.DESMENTIDO Costa aseguró que no se vendieron entradas de más, que hubo tres personas de seguridad, se sirvieron 8.000 copas y sobró mucha bebida, se compraron 24.000 cubitos y que tenían 10 hojas de reclamaciones, que reconoció fueron insuficientes. "No hubo ánimo de fastidiar a nadie ni de sacar dinero a costa de la gente" , afirmó.Asimismo, manifestó no entender que la gente que reclamaba se quedara hasta las ocho de la mañana, bebiendo y comiendo chocolate con churros. "Si estaban mal, por qué se quedaron hasta el final", se pregunta.Esther Paniagua, una de las denunciantes que acudió ayer a la federación de usuarios a reclamar, explicaba que se quedó porque "después de haber pagado no iba a marcharme. Llevo 8 años yendo a cotillones y es la primera vez que me pasa esto".Otra afectada, Carmen Lozano, afirmaba que ella tenía la entrada 627, cuando el aforo permitía 600 y que su hermana se vio implicada en una pelea y no apareció nadie de seguridad.