El autor del atropello mortal en la avenida de la Hispanidad será juzgado por homicidio imprudente. Ya ha terminado la instrucción del caso, del que se encarga el Juzgado de Instrucción Número 4 de Cáceres. Se ha dado traslado a todas las partes de la finalización de esta parte del proceso por lo que ahora tanto Fiscalía como acusación particular deberán redactar sus escritos con las peticiones de penas que estimen oportunas. Según el código penal Se enfrenta a penas que van desde un año a cuatro de prisión. El juicio oral se celebrará probablemente después del verano.

Los hechos ocurrieron en la avenida de la Hispanidad el pasado 11 de noviembre, en el paso de peatones que se encuentra justo frente a la entrada por la que los autobuses acceden a la estación. En el atropello falleció María José Ojeda, una joven de 25 años que se dirigía en ese momento a coger un autobús para regresar a Montánchez, de donde procedía. Fue atropellada en mitad del paseo de cebra, cuando ya estaba a punto de llegar a la acera de la estación de autobuses (cruzó desde el bulevar que hay en mitad de la vía). El vehículo que la arrolló, un Mercedes, la golpeó con la parte derecha. Fue desplazada varios metros por el fuerte impacto, hasta que su cuerpo quedó atrapado bajo otro vehículo que se encontraba estacionado en esa misma avenida.

Según el atestado de la Policía Local el autor del atropello circulaba a 73 kilómetros/hora, cuando el límite de velocidad en ese tramo de la vía es de 50. Sin embargo el acusado desmintió este extremo cuando prestó declaración en el juzgado el pasado diciembre, un mes después de que ocurriera el trágico accidente. Ante el juez aseguró que no vio a la joven, por lo que no pudo evitar el siniestro. Afirmó que circulaba a 50 kilómetros por hora y que, mientras recorría la avenida, no observó a nadie con la intención de cruzar la calzada. Solo se percató de que alguien entró muy deprisa en el paso de peatones cuando llegó a un punto cercano al paso, en el que hay un árbol que resta visibilidad, pero entonces no le dio tiempo a detenerse y la arrolló. Manifestó además que la joven iba distraída mirando algo que tenía en las manos (no precisó de qué se trataba).

En el atestado policial que se ha remitido al juzgado se especifica, no obstante, que 73 kilómetros por hora era la velocidad mínima a la que el autor del atropello circulaba, pero que no se puede confirmar a cuánta más velocidad iba debido a que, con el golpe, el cuerpo de la víctima impactó contra un vehículo estacionado y eso frenó su desplazamiento. Así, según el lugar en el que estaba el cuerpo, se calcula que iba a 73 kilómetros/hora, pero lo que no se puede asegurar es si, de no haber impactado contra ese coche, el golpe podría haberla desplazado más metros.

MAL CALCULADO / La defensa del autor del atropello cree que el atestado no es correcto. Según explicó el día de la declaración, la policía, para calcular la velocidad, se basa en un pino ubicado en el bulevar central de la avenida, punto en el que el conductor se percató de la presencia de la joven. Según el atestado, en palabras del letrado, este se encuentra a 43 metros del paso, cuando está «a 23 metros» del mismo, lo que podría significar que la medición no se ha realizado correctamente y por tanto la velocidad a la que dice este documento que circulaba está equivocada.

El juez también llamó a declarar a dos testigos del accidente, que son los conductores de los dos vehículos a los que el autor del atropello adelantó justo antes del accidente. Ambos aseguraron en el juzgado que circulaba a una velocidad bastante superior a la que iban ellos, entre 40 y 50 kilómetros/hora. Los dos declararon también que la fallecida no invadió corriendo el paso de cebra, como señala el autor. Uno de ellos afirma además que la joven no iba distraida con el móvil en el momento de los hechos y el otro aseguró que cruzó mirándose las manos. Todo esto deberá verse en el juicio oral, que aún no tiene fecha fijada pero que será previsiblemente después del verano.