El autor de los disparos que en la madrugada del pasado día de Reyes causaron la muerte de un joven estudiante de Derecho en la plaza de Albatros, trágico suceso conocido como el crimen de La Madrila, se enfrentará a una condena de más de 22 años de prisión. Es la pena que para Alejandro Martín Niño, acusado de la muerte del joven Alejandro Clemente Ríos, solicita el Ministerio Fiscal.

El fiscal encargado del caso, Javier Montero, considera probado que el delito cometido por Alejandro Martín fue un asesinato, no un homicidio, pues según indicó ayer en la presentación de su calificación de los hechos "el acusado mató al joven con alevosía, evitando la defensa que puede hacer la víctima y conociendo su superioridad en la agresión".

En este sentido, recordó que el acusado, tras un primer incidente con un grupo de amigos, regresó a su casa, cogió una pistola y se enfrentó de nuevo al grupo sacando la pistola y disparando dos veces, una de las cuales alcanzó a Alejandro Clemente causándole la muerte.

Por ello le imputa un asesinato y pide para él por este delito la pena máxima, 20 años de prisión. Le imputa, además, un delito de tenencia ilícita de armas, por el que pide un año y seis meses de prisión; un delito de lesiones a su pareja sentimental, Carlota C. M., por el que pide ocho meses; y una falta de lesiones a uno de los amigos de la víctima, Juan Carlos G. F., por el que solicita 305 euros de multa.

Asimismo, solicitará el pago de una indemnización de 170.100 euros --100.000 para la madre del joven asesinado, 35.000 para cada uno de sus dos hermanos y 100 para el amigo al que causó diversas lesiones--.

LOS HECHOS Todo ocurrió sobre las 03.00 horas del 6 de enero del 2005 cuando el acusado, Alejandro Martín Niño, presuntamente disparó contra el joven cacereño Alejandro Clemente Ríos, de 19 años, tras protagonizar momentos antes una discusión con su grupo de amigos por haber socorrido a la pareja sentimental del acusado a la que éste previamente había agredido.

El fiscal recoge en sus conclusiones como hechos probados que la joven salió del local donde ambos tomaban una copa porque su compañero la estaba insultando y escupiendo. El acusado salió detrás de ella y cuando le dio alcance le tiró de los pelos y la arrojó al suelo, ante lo que la mujer salió corriendo y solicitó auxilio al grupo de jóvenes. Estos increparon al agresor por esta actitud, a lo que el presunto asesino respondió con insultos, que un amigo del joven respondió a su vez con un puñetazo al acusado haciéndole caer por las escaleras que bajan a la zona de La Madrila.

Tras este incidente Alejandro Martín fue a su domicilio, cogió una pistola del calibre 9 milímetros parabellum y volvió a La Madrila, donde al encontrarse de nuevo con el grupo de jóvenes disparó al aire y luego a Alejandro Clemente, que cayó desplomado al suelo al impactar la bala en su cuerpo y causarle un shock hemorrágico.

El ahora procesado tomó un taxi, que le llevó primero al bar Bonsái, que regentaba junto con su compañera en la Calle Caupolicán de Cáceres, y después hasta su domicilio, donde fue detenido por la Policía Nacional, a cuyos agentes entregó el arma.