Primer miércoles de abril. Nueve de la mañana. Arranca el plazo para que las empresas de la provincia cacereña soliciten su participación en el programa InnoCámaras, que facilita una serie de ayudas para fomentar la innovación de forma cercana y práctica. Comienzan a llover las solicitudes tanto en la sede de Cáceres como en los puntos camerales de Plasencia y Navalmoral de la Mata: diez... veinte... cincuenta. A las dos de la tarde se han recibido más de doscientas peticiones de empresarios que en algunos casos llevaban aguardando su turno desde las seis de la mañana.

El éxito que ha alcanzado el programa, desarrollado por la Cámara de Comercio de Cáceres desde 2008, ha obligado a cerrar las solicitudes este año cuando han llegado a 250 (un auténtico récord), ya que finalmente solo se podrán atender unas 20, frente a las 70 de otras ediciones, debido a la retirada del 20% del presupuesto que aportaba el Gobierno de Extremadura. El aluvión de solicitudes se debe a que InnoCámaras facilita a las empresas la implantación de planes de innovación, y si al principio estos contenidos eran escasamente conocidos y valorados, poco a poco fueron siendo requeridos hasta su demanda actual. A día de hoy, el programa ha introducido mejoras en trescientas empresas cacereñas, convirtiéndose en una de las Cámaras que más fondos ha ejecutado.

InnoCámaras consta de dos fases. Durante la primera, tutores expertos en innovación visitan las empresas para conocer su nivel de competitividad en su entorno económico y de mercado, e identificar los cambios necesarios que permitan encauzar mejor el negocio. Con este diagnóstico elaboran un informe que propone las mejoras adecuadas. Posteriormente, un asesor especialista guía a las empresas en el desarrollo y puesta en práctica de estas recomendaciones en materia de innovación. Los gastos de asesoría y consultoría corren por cuenta de la Cámara, pero además las empresas pueden financiar con cargo al programa la ejecución de las reformas necesarias.

¿Cuáles son las mejoras?

Entre las principales actuaciones que requieren las empresas cacereñas destaca la instalación de TPV en los comercios, la aplicación de sistemas de trazabilidad en el sector agroalimentario, la creación de plataformas y webs de comercio electrónico, el desarrollo de planes de internacionalización y marketing, la implantación de normativas para empresas agroalimentarias y de servicios, o el diseño de envases.

Por ramas de actividad, el sector servicios es el que más demanda este programa. Destaca el comercio y el ramo de la hostelería, la restauración y el catering. También ocupa un lugar significativo la industria agroalimentaria.

InnoCámara comenzó en 2008 con un presupuesto de 40.000 euros y en 2014 alcanzó los 400.000 euros. Este año se queda en 100.000, de los que el 80% se cubre con fondos Feder y el 20% restante lo aporta la Cámara, que además facilita los recursos para el desarrollo de todo el programa.