Muchas han sido las ayudas ofrecidas a través del festival desde que éste echara a andar en 1993. La Fundación ReBross, la entidad sin ánimo de lucro organizadora, tiene en la promoción del cine español y en la cooperación para el desarrollo en los países más pobres sus dos objetivos fundacionales. En los últimos años, el dinero recaudado en la capital cacereña ha llegado a Péru, Colombia o Brasil, donde destina alrededor de 30.000 anuales.

En el país peruano, la encargada de canalizar las ayudas ha sido la oenegé Hijos del Sol Inti Rayni y el epicentro, el Policlínico San Camilo, en el Cono Norte. En los últimos años se ha podido dotar de consultorio ginecológico, de oftalmología, especialidad dental, de un laboratorio y también de habitaciones completas. Además, y según manifiestan desde la organización, se han realizado numerosas obras de rehabilitación en lugares donde habitan menores de edad. «La mejora constante de las infraestructuras donde viven niños es otra prioridad», dicen.

El colegio Camilo Torres, cerca de la ciudad de Leticia, en la región amazónica de Colombia, también se ha visto favorecido por lo recaudado por el festival. Allí se ha puesto en marcha una escuela comedor destinada a niños de entre 7 a 13 años de multitud de etnias (Tikuna, Cocama, Cubeo, Yagua, colonos...) que, en algunos casos, tienen que atravesar la selva y realizar tramos en canoa para no faltar a sus lecciones. El proyecto se mantiene gracias a la oenegé Aexcram y al convenio que le une con la Fundación ReBross.

La Amazonía brasileña, una zona que la fundación describe «sin estructuras socio-sanitarias, o insuficientes para atender a la población autóctona, siempre amenazada por el analfabetismo, las enfermedades y los graves problemas estructurales», es otro de los lugares en los que el Festival Solidario de Cine español de Cáceres ha puesto punto de mira. Allí se ha dotado de instrumental sanitario el Barco Hospital, que realiza viajes de seis meses de duración bajo la responsabilidad de la oenegé Comité Ipiranga en colaboración con ReBross.

Y no toda la ayuda se va a continentes y países lejanos. La organizadora del festival, a través de Cruz Roja Extremadura, también lleva a cabo proyectos de dotaciones de kit de alimentación para familias con jóvenes con riesgo de exclusión social.

Por todas estas acciones, el evento cinematográfico cacereño ha obtenido importantes reconocimientos. Ha sido el único festival de España que ha conseguido un prestigio gracias a lo original de su propuesta: promocionar el cine español en una comunidad autonóma con el objetivo de disminuir las desigualdades sociales. Por ello, en el 2008, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas le concedió el premio González Sinde.

Para este año se espera, si cabo, más solidaridad. Y es que sólo una tragedia ha podido con la normal celebración del festival. Los atentados del 11-M en Atocha provocaron la suspensión de la primera gala en 20 años aunque, a petición popular, se celebró un mes después. El acto, «muy emotivo», como recuerdan desde la fundación, contó con la actuación del grupo cacereño Spanglish, que emocionó con las notas del Imagine, de John Lennon.