En julio iba a ser un parque, pero en septiembre el ayuntamiento ha dado marcha atrás y se ha replanteado no derribar el Bloque C, el más conflictivo y marginal de la ciudad y sin duda el símbolo más negativo de la barriada cacereña de Aldea Moret. A falta de desalojar a las tres familias que aún habitan el inmueble, lo que está claro es que el futuro de la finca depende única y exclusivamente del dinero. Así de claro lo dejó ayer la alcaldesa, Carmen Heras, al término del encuentro que mantuvo con los concejales de Infraestructuras y Asuntos Sociales, Miguel López y Marcelina Elviro, respectivamente, y un arquitecto municipal en la que fue la primera reunión de las que tiene previstas la regidora para definir finalmente el destino del edificio.

Heras dijo que tanto derribar el bloque como mantenerlo resulta muy costoso y aunque no aportó cifras definitivas a este respecto dijo que de las dos opciones ella prefiere la de conservarlo y destinarlo a usos múltiples. ¿De dónde sacará el dinero el ayuntamiento? La alcaldesa respondió a esta pregunta refiriéndose a las líneas de ayuda en materia de rehabilitación de zonas urbanas que concede el Ministerio de la Vivienda. Informes municipales cifran de 2 a 3 millones la cantidad necesaria para rehabilitar el bloque.

¿A qué se destinaría el edificio? La mandataria municipal habló de varias opciones y todas ellas pasan por equipamientos para el barrio: biblioteca, casa de cultura, espacios para los jóvenes, dependencias del propio ayuntamiento e incluso un cuartelillo de la policía local en los bajos del inmueble.

No obstante, Heras insistió en que sobre el Bloque C solo existen de momento propuestas. La decisión final saldrá de la comisión que se creará y que estará formada fundamentalmente por técnicos del Instituto Municipal de Asuntos Sociales y de otros órganos del ayuntamiento, que serán quienes estudien y evalúen social y económicamente las posibilidades del bloque.

Este edificio se construyó en 1987 como paradigma de política social, como ejemplo para garantizar el acceso a un vivienda digna de las clases más desfavorecidas. Pero poco después, el paradigma se convirtió en fracaso, y durante 22 largos años el Bloque C de la calle Ródano ha sido el más conflictivo de toda la ciudad y ha empañado la imagen de Aldea Moret, el barrio que directamente ha sufrido el azote de la violencia y la marginación.