El ayuntamiento no abrirá el bar de la asociación de vecinos Puente de San Francisco. Al menos hasta que se solucione el problema de la licencia de actividad. Así se lo ha trasladado la alcaldesa, Elena Nevado, a la nueva junta directiva capitaneada por Manoli Fernández, durante un encuentro mantenido ayer por la mañana. El establecimiento, que servía de centro de reunión para los vecinos, lleva cerrado nueve meses.

Según les aclaró Nevado se clausuró después de recibir una denuncia por parte de un vecino del barrio, que alertaba de que este espacio carecía de la licencia para explotar esta actividad. Ante esta situación los técnicos tomaron la determinación de precintarlo. El local es propiedad del obispado, que se lo ha tenido alquilado al colectivo vecinal durante décadas. El ayuntamiento ha solicitado su cesión a la diócesis para ponerlo a disposición de la asociación de vecinos. Para ello se está gestionando una permuta entre ambas instituciones (el obispado cede este local y el ayuntamiento dará en contraprestación a la diócesis otro espacio municipal). Los trámites para la cesión ya están listos pero falta cambiar de uso dotacional el espacio para que en él se pueda explotar un negocio de hostelería.

El bar lo gestionaba el propietario de otro establecimiento situado justo encima, conectados ambos por el bar social. Por eso la nueva junta directiva pide que se permita instalar en la explanada exterior a este establecimiento una terraza y facilitar el acceso al bar (no desde la puerta de entrada, precintada, sino desde la sede vecinal situada justo al lado), para que el hostelero pueda servir en la terraza los productos del bar de arriba. Quieren que se permita al menos durante las fiestas del barrio, que se celebrarán a finales del mes de agosto.

«Nos está haciendo mucho daño el cierre del bar. Era un punto de encuentro para los vecinos y ahora muchos se están empezando a dar de baja de la asociación», alerta Manoli Fernández. Su junta directiva fue elegida después de que la anterior dimitiera en bloque meses después de que se precintara el bar y el ayuntamiento no les ofreciera soluciones.

OTRAS NECESIDADES / Fernández trasladó además a la alcaldesa, Elena Nevado, que estuvo acompañada del concejal de Participación Ciudadana, Víctor Bazo, la necesidad de arreglar el acerado de toda la barriada, que se encuentra levantado. También la limpieza de la zona de Fuente Fría, donde los pastos impiden el acceso, y el cambio de la iluminación, ya que con las nuevas luces las calles se encuentran a oscuras. Asimismo solicitan el arreglo de los bancos ubicados en la calle San Ignacio y alrededores, que están rotos porque la madera de la que están construidos se encuentra podrida, señalan los vecinos.