El proceso de peatonalización se inició en Cáceres hace quince años con el cierre de San Pedro y un tramo de Donoso Cortés. Desde entonces, en los distintos proyectos de los alcaldes y concejales de Tráfico siempre ha figurado la restricción de la calle Pizarro y su entorno, una zona muy significativa para los ciudadanos por su inmediata proximidad al conjunto histórico y por conservar el sabor nostálgico del casco viejo, con antiguos edificios convertidos en establecimientos hosteleros muy frecuentados por cacereños y turistas. Pero esta vez hay disposición para hacerlo y ya se han dado los primeros pasos. El concejal de Seguridad y Movilidad Urbana, Carlos Jurado, acaba de encargar un estudio técnico con el fin de ejecutarlo el próximo año.

El análisis será realizado por el Gabinete Técnico de la Policía Local, que deberá determinar los pros y los contras que acarrearía la peatonalización de Pizarro y de las calles aledañas: Gallegos y Sergio Sánchez. También habría que decidir cuáles de estas vías entrarían en el proyecto, aunque lógicamente siempre se ha considerado toda la zona dentro de un mismo paquete . "No se trata de cerrar por cerrar. Si con esta medida desviamos la carga de tráfico y saturamos otra zona de la ciudad, habría que buscar alternativas o simplemente no acometer la restricción. Por eso hemos encargado el estudio técnico", explica Carlos Jurado. "Nuestra intención es avanzar con la peatonalización y seguir por Pizarro, pero siempre serán proyectos racionales", subraya.

De hecho, el actual equipo de gobierno ha remodelado la calle con un desembolso de 300.000 euros, y siempre ha tenido en perspectiva su cierre, pero sujeto a dos obras previas. Primera, la restricción de la plaza Mayor, que estará peatonalizada el próximo año (antes sería inviable cerrar Pizarro porque constituye una de sus principales salidas). Segunda, la construcción de un parking próximo, y en este sentido el ayuntamiento pretende retomar el proyecto de Plaza Marrón durante el presente curso político por dos vías: o bien vincularlo al concurso que se convocaría para el parking de Primero de Rivera, o bien vender las plazas a vecinos, hosteleros y comerciantes de forma previa. En ambos casos, o uniendo las dos alternativas, se reforzaría su rentabilidad y el interés de las constructoras, dado que el concurso sacado en exclusiva para el párking de Marrón quedó desierto.

El cierre de Pizarro será similar al de la parte antigua y el resto de las áreas acotadas, es decir, con entrada sólo permitida para residentes, emergencias, carga y descarga. Además, los técnicos estudiarán un nuevo sistema de control de accesos, más moderno, que ya se aplica en alguna ciudad y podría introducirse en la restricción del eje de Pizarro. Se trata de una pequeña cámara con capacidad para identificar todos los vehículos que pasan. Si la matrícula no está incluida en el listado de vecinos, el conductor recibirá una multa por entrar en zona restringida.

"Se trata de un sistema más discreto y limpio, menos ruidoso, que evita pivotes y semáforos, no tiene averías ni necesita obra civil. Pero es más caro y meramente sancionador, no preventivo. Además, los pivotes han venido cumpliendo bien su función desde el año 2003", analiza el concejal. Una vez que los técnicos propongan las alternativas, se decidirá qué sistema se implanta en Pizarro y la posibilidad de extenderlo a largo plazo al resto de las zonas restringidas.

"Todas las propuestas técnicas sobre la conveniencia del cierre del eje de Pizarro y sobre el sistema a utilizar serán presentadas por el concejal al resto de los grupos políticos en la Comisión de Tráfico y Seguridad. "Siempre he defendido que estas medidas tienen que aplicarse a su debido tiempo y con toda la información posible, y además por unanimidad", concluye Jurado.