Hoy se inicia el derribo de los tres inmuebles de la calle Mira al Río que faltaban por demoler para completar las obras de ensanche del eje urbano Mira al Río-San Roque, una intervención que se inició en enero del año 2005. Entre las casas que se tiran está la de la familia Salas, la única que ha sido necesario expropiar de la docena que finalmente se suprimirán en Mira al Río y San Roque (las nueve de esta calle afectadas por el proyecto se tiraron hace un año). Para entrar en el inmueble de los Salas ha sido necesario que el ayuntamiento solicitase la autorización judicial ante la negativa de los propietarios a dejar la vivienda.

El ayuntamiento anunció ayer que la calle Mira al Río permanecerá cortada al tráfico de vehículos, al menos, durante una semana. La previsión del consistorio es que los trabajos de derribo de las tres casas, de la construcción de los nuevos acerados y de la ampliación de la calzada duren un mes. Los tres edificios, en los que hay cuatro viviendas, forman el tramo de Mira al Río que hace esquina con Macarena.

FAMILIA SALAS En el retraso en la ejecución de este tramo influye la negativa de la familia Salas a vender su casa al consistorio, que ha tenido que expropiar este inmueble. La familia no estaba de acuerdo con la valoración realizada por el ayuntamiento y ha iniciado un proceso judicial contencioso, aunque no llegó a aceptarse la solicitud de suspensión del trámite expropiatorio hasta que saliese la sentencia.

El consistorio entregó en la cuenta general de depósito, que se abrió a raíz del proceso de expropiación, 84.343 euros, que es la valoración que de la casa de la familia Salas realizó el ayuntamiento, un importe que coincide con la valoración que del inmueble efectuó el jurado provincial de expropiaciones.