El ayuntamiento y Placonsa discrepan sobre la financiación del coste de las excavaciones en la nave del edificio Embarcadero, cuya fecha de finalización se ha retrasado, primero por el análisis patológico y reparación de la cubierta y después por las excavaciones. Ayer, operarios y cuatro máquinas (un carro perforador y tres martillos picadores) trabajaban en la nave. Un informe presentado por el estudio de arquitectos que dirige la obra ha valorado la financiación necesaria en 850.000 euros. Este informe se vio en la junta local de gobierno del pasado 28 de julio, la última antes de las vacaciones, y desde el grupo municipal socialista ya se ha advertido de la cantidad del sobrecoste.

La rehabilitación del edificio Embarcadero es una de las intervenciones emblemáticas de esta legislatura. Placonsa ganó el concurso de proyecto y construcción que el consistorio convocó hace tres años por importe de 4 millones de euros. En los últimos meses, el ayuntamiento ha comunicado en varias ocasiones a la empresa su preocupación por el retraso en el plazo de ejecución.

La junta local de gobierno se dio por enterada del informe, y resolvió trasladarlo a la asesoría jurídica del ayuntamiento y que sigan los trabajos para la finalización de la rehabilitación de la nave. El informe, del estudio Nieto-Sobejano, que redactó el proyecto y que dirige la obra, hace una cuantificación global del sobrecoste y no especificaría quién debe afrontar su financiación.

En un principio, se iban a usar martillos picadores para realizar las excavaciones. Debido a las vibraciones, se optó por las microvoladuras, sistema que también se desestimó porque la carga a utilizar era insuficiente a causa de la dureza de la roca caliza y a que se rebasaba el límite de vibraciones. Se planteó entonces la perforación e inyección de cemento expansivo para fragmentar la roca, utilizando a continuación el martillo rompedor para terminar de disgregarla.

El empleo de cemento expansivo se consideró aceptable tras las pruebas realizadas. El inconveniente era que el ritmo de los trabajos se reducía, de unos 300 metros cúbicos de media diaria a menos de la mitad, y que se incrementaban los costes. La empresa llegó a realizar una estimación de la diferencia entre el uso de cemento expansivo y la utilización de las máquinas con martillo rompedor. Se cuantificó en 750.000 euros con la ejecución material y otros gastos, como el IVA y el beneficio industrial, y se valoró que suponía un aumento sobre el precio pactado entre el ayuntamiento y la empresa.

Sin embargo, en las excavación que se realizaban ayer en el interior de la nave del poblado minero se estaban empleando martillos rompedores, que era la propuesta inicial, aunque se utiliza un carro perforador y se introduce en la roca una darda (cuña) para dilatarla y fragmentarla, recurriendo a continuación a los martillos para terminar de romper y extraer la roca.

PLIEGO El argumento que ha expuesto el ayuntamiento para considerar que no debe abonar un sobrecoste por los trabajos de excavación es que Placonsa realizó estudios geotécnicos de la zona y conocía las condiciones del subsuelo cuando presentó su plan de trabajo. El ayuntamiento ha defendido que en el pliego de condiciones del concurso que se convocó para el proyecto y ejecución de la rehabilitación de la nave se obligaba a la empresa ganadora a elaborar proyectos que incluían la redacción de un estudio del subsuelo, que se contrató, realizándose análisis y ensayos, además de catas en el terreno. En el concurso del consistorio no se hacía referencia a la necesidad de excavar, que fue una idea planteada en el proyecto que ganó la convocatoria.

En cuanto a la cubierta, que fue lo primero que retraso las obras y obligó a paralizarlas, el ayuntamiento sí financió las reparaciones que se realizando en varias de las membranas de la cubierta, en las que se inyectó hormigón. El coste de estas reparaciones, que requirió de un estudio previo sobre las patologías de la estructura, fue de 579.000 euros, lo que suponía un importe acumulado en las obras de rehabilitación de 4.833.119 euros.

Dentro de la nave hay que excavar hasta una profundidad de 3,5 metros y se tienen que extraer 12.000 metros cúbicos de tierra y roca caliza. En el proyecto presentado por Placonsa se propone rebajar el terreno ya que dentro de la nave se diseñan tres edificios, que se destinan para dotaciones culturales, formativas y medioambientales.