El Ayuntamiento de Cáceres tiene ya en su poder los informes de 381 locales de ocio de la ciudad que le servirán como base para poner orden al ocio cacereño, que desde hace años preocupa y enfrenta a la administración, los hosteleros y los vecinos. El consistorio ha sondeado la situación de los bares en algunos de los aspectos que han centrado la polémica y el debate: la licencia que ostentan, si ésta se corresponde con las actividades y el horario que practican y los requisitos que deben cumplir para adquirir una nueva licencia.

Los informes corresponden a locales de "casi toda la ciudad", según dijo ayer la concejala de Dinamización, María José Casado, que rehusó dar más detalles, puesto que en estos momentos están estudiando la documentación recogida, y están recabando "otros tipo de informes". La edil solo concretó que entre las licencias sometidas a estudio no están "cines, restaurantes y establecimientos de comida rápida", lo que incluye a todos los demás locales y entre ellos bares, bares especiales y discotecas, que se concentran en el eje de la movida cacereña: La Madrila, la plaza Mayor y la calle Pizarro.

En estos momentos el ayuntamiento analiza la documentación recopilada y los requerimientos de la ordenanza municipal sobre protección del medio ambiente en materia de ruidos y vibraciones --en vigor desde 1997-- según la cual se declaró como zonas saturadas de bares todo el entorno de la calle Pizarro, la plaza Mayor y la Madrila. Como consecuencia de esto, se ha impedido desde entonces la apertura de nuevos negocios, e incluso se ha limitado la remodelación o cambio de licencia de los que ya existían, a pesar de los requerimientos de los propietarios. Con los informes recabados ahora, pretenden estudiar la viabilidad de conceder licencias para nuevos usos en establecimientos de estas y otras zonas.

El estudio de estos informes forma parte del compromiso adquirido por la concejala de Dinamización, que la semana pasada ya afirmó que el ayuntamiento iba a ser "riguroso" en la aplicación de la normativa con el fin de "poner orden" en el ocio cacereño. Entonces ponía como ejemplo que una de las cuestiones pendientes de afrontar era "que los locales se adapten a la actividad que desarrollan" y citaba los conciertos que se venían practicando en muchos establecimientos sin tener licencia para ello.

AÑOS DE DEBATE Precisamente la celebración de conciertos en establecimientos que carecen de la necesarias licencia de cafés-concierto, ha motivado numerosas denuncias en el último año y ha afectado al desarrollo de festivales de música, y actuaciones en directo. Solo en las últimas tres semanas se han visto afectados por los problemas de licencias los conciertos del festival Pop Art o las Jam Session de la sala Submarino (el pasado fin de semana). El problema radica en que la mayoría de los bares ubicados en los principales ejes de la movida cacereña que acogen actuaciones carecen de licencia para ello, no porque no la hayan solicitado, sino porque no se han concedido desde el año 2003.En ese año, 16 locales de copassolicitaron el cambio delicencia como bar especial.

Solo siete cumplían los requisitos.Los informes que ahora estudianen el ayuntamientoconstituyen el primer paso adar para acabar con el enquistadodebate sobre la situaciónde la movida. Paralelamente,el ayuntamiento está preparandoun borrador de la reformade la ordenanza municipalsobre la contaminaciónacústica. Una de las modificacionesque previsiblemente seintroducirá en el nuevo textoserá eliminar la limitaciónque establece esta norma sobrela apertura de nuevos establecimientosa menos de 50metros de otros ya existentes.Junto a estas medias, elayuntamiento se reunirá tambiéncon los distintos colectivosimplicados (hosteleros yvecinos) además de con losdemás grupos políticos.