La plaza de las Piñuelas, en las traseras del ayuntamiento, ofrece desde el lunes una imagen inusual: sin coches. El consistorio ha decidido predicar con el ejemplo y dar el pistoletazo de salida a la restricción exhaustiva de las tarjetas de estacionamiento en la zona intramuros del casco histórico con la limitación de los aparcamientos en esta plazoleta, antesala de la ciudad monumental.

Así, desde el lunes solo ocho vehículos están autorizados a estacionar en las Piñuelas. De ellos, seis son de residentes y los otros dos son los vehículos oficiales de la alcaldesa y el rector. En el caso del de la alcaldesa es "por cuestión de seguridad", explica el concejal de Movilidad Urbana, Carlos Jurado, y en el del rector, por "protocolo".

Solo en esta plaza había 95 tarjetas de aparcamiento autorizado, desde los concejales hasta funcionarios y personal público. A todos ellos se les ha retirado el permiso. Solo se permitirá el acceso a la plaza de forma puntual a no autorizados cuando la ocasión lo requiera, como a medios de comunicación para el ejercicio de su trabajo.

"Entendemos que hay que dar ejemplo desde la corporación y que había que despejar esta plaza, que daba grima", explicaba ayer a este diario el concejal Carlos Jurado. La restricción del tráfico en la zona se decidió por unanimidad en septiembre del año pasado en una comisión de Tráfico, aunque hasta ahora no se ha podido ejecutar.

Se trata, por lo tanto, del "pistoletazo de salida" para acometer la restricción en el resto del casco histórico, "que se vea que hay voluntad firme", apuntó Jurado, y que está en la fase final de estudio para ponerla en práctica. Las más de 700 tarjetas de acceso se reducirán casi a la mitad.