La propuesta de instalación de una antena telefónica ha vuelto a caldear los ánimos en una barriada cacereña. Tal y como pasó hace algunos años con los vecinos de la avenida de Portugal y de Ruta de la Plata, los residentes de Pinilla se enfrentan ahora a un problema que, de momento, no parece dividir al barrio. Una compañía internacional de telefonía móvil, con una amplia cuota de mercado, ha ofrecido a un bloque situado en el número 6 de la calle Españoleto la cantidad de 9.000 euros anuales (1,5 millones de pesetas) por instalar una antena en el tejado. El barrio está dispuesto a impedirlo con protestas en la calle si fuese necesario.

Un inquilino del edificio, contrario a esta proposición, informó de inmediato a la asociación de vecinos, que ya ha celebrado dos reuniones para estudiar el tema y escuchar la opinión de expertos. En principio creían que la respuesta del bloque podría ser positiva, "ya que habían pensando en construir un ascensor exterior con el dinero", explica la presidenta de Pinilla, Inmaculada Manzano. Pero la opinión en contra de algunos inquilinos bloqueó la cuestión. Finalmente, el edificio ha comunicado a la directiva del barrio que rechazará la oferta.

"Ahora tememos que la compañía se ponga en contacto con otras comunidades para hacerles la misma propuesta. Aquí viven muchos vecinos y hay dos colegios y un geriátrico. La gente tiene miedo a los efectos de las ondas electromagnéticas. El problema es que alguien ceda por dinero", señala la secretaria del colectivo vecinal, Montaña Serrano.

CIERRE EN BANDA Por ello, la directiva ha convocado una reunión con los presidentes de los bloques del barrio, en la que han firmado un compromiso conjunto de no aceptar la propuesta, según la presidenta. Al acuerdo se han adherido hasta ahora 13 edificios: Los números 19, 23, 7 y 11 de Héroes de Baler; 6 y 2 de Españoleto; 1 y 5 de Zuloaga; 5, 2 y 1 de Soroya; 1 de Divino Morales; y 5 de Lezcano.

En el mismo acuerdo se advierte que si una comunidad de Pinilla acepta la oferta, el resto tomará las medidas que considere oportunas para impedir la instalación. "Nos manifestaremos ante el edificio, impediremos el trabajo de la grúa... No queremos una antena en la barriada porque nadie puede concretar sus efectos sobre la salud", matiza la secretaria.