Todos nacieron el mismo año, se bautizaron en el mismo templo y recibieron el agua bendita en la misma pila, pero hasta ayer, medio siglo más tarde, no se conocieron salvo algunas excepciones. El cabildo catedral de Coria-Cáceres ha celebrado un acto muy especial con motivo del cincuentenario de la proclamación de Santa María como concatedral (en 1957 por bula del pontífice), y para ello ha hecho un llamamiento a los 255 niños que aquel año recibieron el bautismo, y que por tanto también acaban de celebrar las bodas de oro de su primer sacramento.

La conmemoración tuvo lugar ayer, coincidiendo a su vez con el día del bautismo de Jesús. Acudieron una docena de aquellos niños, hoy adultos de 50 años, a los que el cabildo ha logrado localizar por teléfono o por carta, "una tarea complicada porque desconocemos los domicilios actuales", explicó el deán. Todos ocuparon los bancos más cercanos al altar durante la misa oficiada por el obispo de la diócesis, Francisco Cerro, quien posteriormente les recibió en el museo del templo, les entregó un recordatorio y les obsequió con su último libro, titulado De la queja al agradecimiento , donde aborda, a través de casos reales, la reacción cristiana ante las contrariedades. Finalmente les acompañó en un emotivo homenaje ante la antigua pila, donde renovaron los votos del bautismo.

"Cuando nací, mi familia vivía en la calle Amargura, por eso recibí el sacramento en esta iglesia, pero no tengo muchos recuerdos de aquel día", ironizó Valeriano Jiménez, uno de los homenajeados. "Desde entonces --agregó--, aunque resido en otra zona, celebro todo en este templo: mi boda, el bautizo de mi hija... Y pertenezco a las dos cofradías: Cristo Negro y Batallas".

A su lado, Diego Miño también mantiene un fuerte vínculo con el templo donde le sacaron de pilas en 1957: "Residíamos en una casa de la calle Padre Bayle y decidieron bautizarme aquí. Suelo venir a confesarme y a la eucaristía cada sábado", señaló.

Victoria Bermejo acudió ayer con su hijo, Juan Andrada, al que llevó a Santa María nada más nacer hace 50 años. "Fue un día importante, se trataba de mi primer hijo, y recuerdo que entonces la iglesia no parecía tan solemne como ahora, eran tiempos distintos...", relató. Detrás, otras bautizadas en 1957, entre ellas Milagros Lancho: "Yo vivía en la Berrocala, me bauticé y me casé aquí, como mi madre". También la concejala del PP, Basi Pizarro: "Mi casa estaba en Concejo y Santa María siempre aparece en mis recuerdos".