Un niño de 15 meses ha muerto tras sufrir un problema respiratorio estando en su guardería. Ocurrió el pasado jueves cuando se "atragantó" tomando el biberón y, pese a la asistencia médica que se le prestó, primero en Cáceres y luego en Badajoz, no superó la crisis y, por causas que aún no se han desvelado, falleció la madrugada del sábado en el hospital pacense.

Las madres de la guardería, indicaron ayer a este diario, estudian denunciar al servicio de Emergencias 112 por su muerte, al cuestionarse si el pequeño se habría salvado si la ambulancia no hubiera tardado en llegar más de media hora, pues según aseguraron "desde la primera llamada de socorro hasta que llegaron los servicios médicos del 112 transcurrieron 35 minutos". Desde la Consejería de Presidencia de la Junta se indicó, al respecto, que según los datos de los archivos de incidentes del Centro 112 fueron apenas 15 minutos lo que tardó en llegar.

Sea como sea, lo incuestionable es que un niño de 15 meses sufrió a las 11.00 horas del jueves un proceso de asfixia tomando un biberón, perdió la respiración y el ritmo cardiaco, que los médicos consiguieron que recuperara antes de trasladarle al Hospital San Pedro de Alcántara desde donde, con ventilación asistida, fue remitido el mismo día al Infanta Cristina y allí, la madrugada del sábado, falleció.

Ahora las madres, que ni se plantean que pueda culparse de negligencia a la dueña de la guardería, a la que apoyan, estiman que sí podría acusarse al 112 por su tardanza, y por ello están decididas a denunciar, aunque con prudencia. Por ello, esperarán a conocer el resultado de la autopsia, "pues si determina que la muerte no la causó la demora del servicio no denunciaríamos, pero de lo contrario sí, al menos para que tomen medidas y algo así no se repita".

Por su parte, los padres del pequeño, que tienen otra hija de 7 años, aún no han tomado ninguna medida. "Estamos todos destrozados, no sabemos nada de la autopsia y no se ha planteado nada de posibles denuncias", fueron las únicas declaraciones que ayer, en nombre de la familia, hizo a EL PERIODICO EXTREMADURA un tío del niño.

CONMOCION El trágico suceso, que tiene conmocionados a cuantos lo presenciaron, ocurrió sobre las 11.00 horas del jueves en la guardería Colorín. Su propietaria, según ella misma recordó ayer a este diario sin poder contener las lágrimas, daba el biberón al niño cuando de repente apreció que estaba morado. "Intenté reanimarle, con masajes cardiacos, el boca a boca, pero no reaccionaba, y corrí a la calle a pedir ayuda". Fue María Durán, que llegaba en ese momento a dejar a su niña en la guardería, una de las que actuó, "con llamadas continuas al 112 en demanda de ayuda".

También vivió el drama Yelida José Oyola, médico de un centro clínico-estético cercano al que pidieron ayuda y se esforzó por reanimar al pequeño. "Cuando llegué el niño no tenía ni respiración ni pulso, miré si tenía algún objeto en la boca, pero no tenía nada, salvo un vómito que le aspiré con la ayuda del equipo de auxilio respiratorio del centro. También le hice masaje cardiaco y le dí oxígeno". Visiblemente conmocionado aún, reconoció que el tiempo hasta que llegó la ambulancia se le hizo eterno, "pero no puedo concretar cuánto tardó, pues la verdad es que ante una situación tan traumática es difícil hacerlo".