Los adeptos a las compras por Internet, hoy están de enhorabuena: el americano 'Black Friday' desembarca un año más en la red, con descuentos considerables en productos de lo más variopinto. Aunque, a priori, son las tiendas físicas las que se acogen a tales descuentos, en nuestro país son mayoritarios los comercios online que realizan las rebajas correspondientes a esta fecha. Sí es cierto que grandes empresas, emulando a las americanas, han introducido este día en el calendario español, pero son las virtuales las que intentarán hacer su agosto este cuarto viernes de noviembre. No obstante, serán los consumidores los que se beneficien, pues a menos de un mes de celebrar las navidades, muchos son los que han esperado al día de hoy (y al lunes que le sigue 'Ciber Monday') para adquirir aquellos productos que cualquier otro día del año les supondrían más gravosos.

Unas rebajas anticipadas no vienen mal a nadie, pero cuando la excusa es una costumbre americana resultante de su Día de Acción de Gracias (celebrado ayer jueves precisamente), que se realice en España -lugar donde tal festividad brilla por su ausencia,- para algunos resulta bastante desconcertante, surgiendo así la controversia: ¿Estamos perdiendo nuestra identidad, o es beneficioso acoger costumbres ajenas mezclándolas con las nuestras?

Quizás éste es un debate común al llegar estos los últimos meses del año, cuando nos disfrazamos por Halloween, adquirimos y/o buscamos los conejitos y huevos de pascua, y esperamos ansiosos la llegada de Santa Claus. La polémica está servida entre defensores y detractores de la incorporación de tradiciones extranjeras en nuestro país como si fueran propias. Más aún cuando -aparentemente- no se ve correspondencia a la contra. ¿Es quizás momento de exportar nuestras fiestas tradicionales? ¿O quizás sería más desconcertante aún que esto se llevase a cabo? ¿Se imaginan una Tomatina, unas Fallas, una Feria de Abril o -más nuestro-, un Jarramplas más allá de nuestras fronteras?