Han cambiado las formas, los canales para acceder a la oferta turística y también la manera de venderse y de mostrarse al mundo. A Internet, presente en millones de hogares de todos los continentes, se le debe todo ello en gran medida y Cáceres no vuelve la cara ante esta situación. Las administraciones públicas ya usan la red para captar la atención internacional, empujadas por los rodajes de 2016, y para buscar posibles visitantes. Y los propios cacereños también empiezan a intentar sacar partido a través de portales web como Airbnb, donde se puede ofrecer tu propia casa a los visitantes y que ya ha levantado cierta polémica en grandes ciudades como Barcelona.

Respecto a este último aspecto, basta una mirada a la web para comprobar que, solo en Cáceres capital, hay disponibles alrededor de 115 viviendas. La mecánica es sencilla: el turista se mete en la web, busca una casa situada donde le gustaría, adapta la búsqueda a sus necesidades, como número viajeros o precio máximo, y la alquila. No hay impuestos ni intermediarios ni tampoco regulación regional en Extremadura. Las competencias corresponden a la Junta, que ya se ha reunido con el ayuntamiento cacereño para tratar la cuestión. «Hasta ahora no está siendo un problema porque, en Cáceres, sólo representa el 1% de las estancias. Pero no queremos que lo sea en el futuro», advierte Raúl Rodríguez, edil de Turismo cacereño, quien comparte opinión con el Ejecutivo extremeño. «No nos gusta como opción», sentencia.

Pero lo que la red te quita por un lado puede dártelo por otro. En época de youtubers, influencers y bloggers, una aparición en alguno de estos canales puede marcar la diferencia a la hora de promocionarse. «Ya hemos organizado algunos blogtrips para que se acerquen a conocer algunos lugares de la provincia», afirma el diputado provincial de Turismo y Desarrollo, Fernando Grande.

¿En qué consisten estos blogtrips? Alguien con muchos seguidores en redes sociales, con una audiencia potencial muy elevada, promociona las bondades y virtudes de algún lugar a través de la red. Algunos lugares cacereños, como la reserva natural de Monfragüe, ya han podido ser testigo de ello. El caso más sonado es el de Noah Stryker, escritor, periodista, fotógrafo y blogger cuyos seguidores se cuentan por miles y que batió, en 2015, el récord de aves vistas en un año por una sola persona: alrededor de 6.000. Viajó a cuarenta países diferentes y en una entrevista publicada en el diario El País el 8 de enero del pasado año, reconocía una de las aves favoritas y de las que más impresión le había causado de cuantas se había encontrado en su periplo: la «impresionante águila imperial ibérica» que vio en el parque cacereño. Y Noah Stryker no es el único...