La boda del torero Miguel Báez Litri y Carolina Adriana Herrera, celebrada el sábado en la finca Los Guateles, a 18 kilómetros de Aliseda, fue "sencillamente exquisita". Así la definen quienes siguieron los acontecimientos de cerca por motivos de trabajo o por invitación de los novios. La carpa de la cena, situada junto al pequeño embalse de la hacienda, "parecía un hotel con todo lujo de detalles". Alfombras en el trayecto campestre hasta la zona del banquete, un jardín creado para la ocasión con rosas, petunias y flores de mil colores, manteles a juego con las paredes, un techo imitación a musgo para evitar el impacto visual de la carpa, encinas iluminadas, estacionamiento con aparcacoches... "Hasta las mesas tenían nombres de flores y los baños eran de un lujo impresionante".

La pareja, que ha blindado su finca de 1.400 hectáreas para evitar los objetivos de los paparazzis , difundió ayer gratuitamente dos fotos del enlace a través de Europa Press. "La novia iba divina con un vestido diseñado por su madre. Era de tablas pequeñas, con un velo de ondas sujeto a un moño. Llevaba un maquillaje muy suave", relatan quienes la vieron. Litri, de chaqué e impecable, la esperó en la capilla campestre muy tranquilo. La infanta Pilar del Borbón estaba entre los testigos. "La pareja no se mostró nerviosa, al contrario. Atendió personalmente a todos los invitados". La madrina, Conchita Spínola, madre del torero, iba de mantilla. Carolina Herrera (madre) llamó la atención por su elegancia y sencillez: llevaba una falda larga de rayas blancas y azules, y chaqueta azul.

La condesa de Romanones, Eugenia Martínez de Irujo, el diseñador Oscar de la Renta y Simoneta y Beltrán Gómez Acebo fueron algunos de los invitados más famosos que acudieron al enlace, además de otros muchos ya fotografiados a la salida de sus hoteles en la capital cacereña. La lista, con cerca de 600 nombres, incluía medio centenar de trabajadores de la finca residentes en Aliseda.

MUSICA Y CARROCERIA El banquete fue amenizado por un trío de cuerda. A continuación se lanzaron los fuegos artificiales sobre el agua, "con un efecto de película". La noche, un tanto fresca, dejó paso a una orquesta muy alegre que tocó todo tipo de música. Las copas, por supuesto, sin precio ni límite.

Los aparcacoches trabajaron con gusto. Era un grupo de jóvenes cacereños reclutados para la ocasión que tuvieron la oportunidad de estacionar y cuidar una auténtica exposición de vehículos de lujo: Rolls-Royce, Jaguar, Lexus, Audi, BMW de clase alta y muchos Mercedes. También abundaban los todoterreno de gran volumen, que parecen estar de moda en el mundo rosa (sobre todo Wolswagen y BMW). Algunos eran de alquiler, puesto que sus ocupantes habían llegado en avión a Barajas o en jet privado al aeropuerto de Talavera.

SALIO EL SOL A partir de las tres de la mañana comenzaron a llegar autobuses cada hora para trasladar a los invitados que así lo deseaban hasta sus respectivos hoteles. Los últimos se marcharon a las ocho de la mañana, con el sol en el cielo. Los novios aguantaron hasta muy altas horas de la madrugada, incluso tuvieron el detalle de enviar bebidas a los periodistas y demás personas que aguardaban en la puerta de Los Guateles.