El bombero forestal que ha estado veinticinco días en huelga de hambre para pedir que le devolvieran a su categoría de jefe de retén de bomberos de la localidad pacense de Villarta de los Montes consiguió ayer llegar a un acuerdo con la Junta de Extremadura. Aureliano Ruiz, que ha aceptado la mediación del Campamento Dignidad de Mérida y ha recibido el apoyo de las agupaciones locales de Cáceres y Mérida de Izquierda Unida, pasará el tiempo necesario para su recuperación de baja médica y, posteriormente, arreglará los papeles para su jubilación como jefe de retén.

Ruiz aseguraba no estar «satisfecho al cien por cien» con el acuerdo, porque su interés siempre ha sido trabajar, «pero por mi mujer» y tras las recomendaciones del Campamento Dignidad, ha aceptado el acuerdo. Si no se hubiera llegado a este consenso, este bombero forestal de 59 años, estaba dispuesto a continuar su huelga de hambre frente a la residencia del presidente de la Junta de Extremadura en Mérida. Cabe recordar que Aureliano Ruiz ha estado durante casi un mes sin comer frente a la puerta del Centro Operativo Regional del Servicio de Prevención y Extinción del Plan Infoex, que tiene su sede en el barrio de Aldea Moret. Con sólo una tumbona donde descansar durante el día y un coche donde dormir por las noches, pedía que la Junta de Extremadura le restituyera en su puesto de jefe de retén de bomberos en la citada localidad pacense, del que fue apartado al considerarlo «no apto» el servicio de inspección laboral.

Según el relato de Aureliano Ruiz, ya que la administración regional no ha querido a entrar a valorar este caso, su ‘periplo’ comenzó cuando contrajo la hepatitis C hace doce años. A este hecho, se sumó, siempre según Ruiz, «la persecución, el acoso, el desprecio y los insultos» de algunos responsables y compañeros del Infoex, y apuntaba directamente al jefe de servicio del Plan de Infoex, del que pedía su dimisión, así como reclamaba su reposición y las disculpas de la administración regional.

Tras su destitución como jefe de retén, pasó a peón, «pero sin funciones», afirma. Toda esta situación le ha afectado en su estado anímico.

Siempre quiso volver a su puesto y trabajar, por esto mantuvo diferentes huelgas de hambre. Sin embargo, en esta última estaba decidido a llegar a sus últimas consecuencias. El pasado domingo, cuando abandonó su ‘campamento’ frente a las oficinas del Plan Infoex en Aldea Moret, tras 25 días de huelga, había perdido peso y, aunque afirmaba encontrarse bien, su deterioro era visible.

APOYOS// Aureliano Ruiz, que siempre defendió estar apto para el puesto de jefe de retén, es concejal en el pueblo donde trabajaba por Somos Villarta y está inscrito en Podemos. Antes, fue militante de Izquierda Unida. Ruiz lamenta que nadie del partido morado le haya visitado durante casi el mes que ha estado en huelga de hambre, ni tampoco del centro del Plan Infoex. Sin embargo, destaca los apoyos de las agrupaciones de Izquierda Unida Mérida y Cáceres, así como de la CNT, el sindicato al que pertenece.

Durante los días de huelga, recibía la visita de una ambulancia del centro de salud de Aldea Moret, que le hacía chequeos rutinarios para saber en qué estado de salud se encontraba. Pero sobre todo, Aureliano Ruiz agradece la ayuda recibida por un vecino de Aldea Moret del que sólo sabe su nombre, Andrés, que le asistió diariamente llevándole agua fría. Ruiz se emociona hasta las lágrimas al recordar «la humanidad» de este hombre, «cuando termine tendré que venir a verle», afirma. Desde el inicio, se opuso a que fuera su mujer a ayudarle, «no quiero que me vea en este estado».

Este bombero forestal que insistía en su huelga estricta de hambre, «sólo bebo agua y tomo un poco de azúcar por la mañana y por la tarde, me someto a los análisis que hagan falta para demostrarlo», tras la reunión a primera hora de ayer con la Junta de Extremadura, lo primero que hizo al romper el ayuno que se impuso fue comerse un bocadillo de calamares en la capital autonómica.

Ayer mismo viajaba a Ciudad Real, donde reside con su mujer, para recuperarse tras la larga huelga de hambre.