Periodista

Han sido numerosas las ocasiones en las que, a través de esta columna, he destacado la labor siempre callada y no siempre recompensada de los miembros de las fuerzas de seguridad en Cáceres y, en especial, la que desarrolla la Policía Local, en su diario ´cuerpo a cuerpo´ con los problemas de los ciudadanos.

Es justo reconocer un trabajo que ha permitido que la policía cacereña sea, en cuanto a personal y dotación, una de las más preparadas de la comunidad. Y eso pese a que, en ocasiones, algunos miembros de esta policía no hacen bien sus deberes. Como en todo buen colegio, siempre hay quien arrastra alguna asignatura pendiente. Y en la Policía Local no podía ser menos. La agresión a un reportero gráfico que cumplía con su trabajo en el inicio de la feria no va a ensombrecer la buena labor que se ha hecho durante estos festejos, pero sí da que pensar que alguien no ha hecho bien sus deberes.

¿Cómo se explica que teniendo a un agredido y teniendo localizado al agresor no se actúa contra este último? ¿Hubiera sido lo mismo si el agredido hubiera sido un policía de servicio?, ¿un operario del servicio de limpieza? ¿un bombero? ¿un sanitario?...

¿Hubieran actuado de igual manera si el agresor fuera otro cualquiera? ¿es que hay diferentes varas de medir para actuar?

Pues lo siento por este grupo de agentes, que equivocan a un periodista con un abogado defensor, que se ríen y ridiculizan al bueno y dejan escapar al malo.

Me quedo con el trabajo del reportero gráfico, al menos él sí supo esa noche ser un profesional.