El autobús nocturno del ferial se suprimió en torno a las 5 de la madrugada del viernes para evitar que los altercados provocados por jóvenes ebrios que estaban de botellón llegaran a mayores, según informó ayer la policía local.

Debido a la masiva afluencia al botellón , la policía municipal decidió montar un servicio en el lugar, con especial atención a los autobuses urbanos. Sobre las 4.50 horas, las aglomeraciones y los empujones comenzaron a suponer un problema de orden público al poner en "evidente peligro la seguridad tanto de los conductores del autobús como de los agentes allí presentes, debido al estado de embriaguez de muchos jóvenes, según refleja el parte de sucesos. Tras dialogar con el encargado del servicio, se decidió suspenderlo por motivos de seguridad, una medida que fue aceptada por los jóvenes "con resignación".