Ayer comenzó en el Gran Teatro la instalación de las 450 nuevas butacas. Isidro Timón, director del consorcio Gran Teatro, confía en que los trabajos finalicen "en tres o cuatro días". La sala tiene que estar lista para acoger el día 30 La señorita Julia , protagonizada por María Adánez.

Las 450 nuevas butacas han sido adquiridas a la empresa Josper, de Alicante. Los asientos tienen una estructura de madera de nogal con un acolchado de espuma y están rematados con terciopelo rojo del mismo color del que tenían las localidades antiguas. En palabras de Timón, "es una butaca más acolchada y más grande que las anteriores". Cada localidad tiene 60 centímetros de anchura y la distancia entre una fila y otra será de 90 centímetros.

Por lo que respecta a la disposición, hasta ahora las butacas estaban alineadas unas tras otras, pero las nuevas se van a colocar de forma que la butaca de la fila posterior quede en el punto medio respecto a las que tiene delante, tal y como se viene haciendo en muchos teatros. "De esta forma se mejora la visibilidad", explica Timón, "al no tapar las cabezas de la fila delantera la visión de quien está detrás".

Las sillas nuevas se van a instalar en el patio de butacas, en el palco (primera planta) y en el anfiteatro (segunda planta). Las localidades para personas con movilidad reducida seguirán siendo, como hasta ahora, las de las plateas de patio, que tienen acceso por rampa.

La historia

El Gran Teatro abrió sus puertas el 23 de abril de 1926 --día de San Jorge--, de la mano de un grupo de cacereños ilustres reunidos en el Círculo de la Concordia y encabezados por Rafael Durán. Era alcalde Arturo Aranguren y Cáceres tenía unos 20.000 habitantes. En el pase de gala la compañía de Luis Vila representó la obra El condado de Mairena . El aforo inicial era de 1.039 localidades y tenía calefacción y luz eléctrica, según refleja Fernando Jiménez Berrocal en el libro Un Gran Teatro , editado con motivo de los 75 años de vida del coliseo cacereño.

La sala vive sus años dorados desde 1926 hasta el inicio de la Guerra Civil en 1936. La aparición de nuevos locales como el Cinema Norba o Capitol fue dejando al Gran Teatro en un segundo plano, y fue languideciendo hasta que la Junta de Extremadura lo adquirió en 1986. Después de 6 años de restauración, reabrió sus puertas el 20 de junio de 1992.