Leopoldo,has vuelto

Has vuelto --cual alegres golondrinas en primavera-- a tu hogar de adopción, a nuestra ciudad. Un día --hace unos meses-- te fuiste, en silencio, sin despedirte de nadie, quizás pensando que así sería mejor, pues las despedidas suelen ser tristes y, la verdad sea dicha, muchos te echábamos de menos, acostumbrados a verte deambular, noche y día, por nuestras calles, siempre acompañado de tu mejor amiga: la bicicleta. Ahora, cuando ya casi te habíamos olvidado, has regresado, aunque eso sí, bastante cambiado, casi irreconocible (bien rapado, aseado, ropa limpia...), muy diferente de aquella imagen bohemia que antes tenías, más familiar y entrañable para nosotros.

Traes, también, una nueva bicicleta, más pequeña y nueva que la que te llevaste, para niños. Seguramente, símbolo y retorno a tiempos pasados, más felices, que quieres y que tú puedes recuperar.

En fin, has vuelto y bienvenido seas. Muchos nos hemos alegrado --y comentado-- de ello, ya que tú representas el hombre que quisiéramos ser: libre, sin ataduras, sin prisas, sin hipotecas, sin horarios rígidos... Quédate mucho tiempo con nosotros, amigo Leopoldo.ENRIQUE ARIAS ARIASLas Candelascambia de nombre

La Urbanización Las Candelas cambia de nombre. Cánovas-Candelas será el próximo nombre, por ver si el concejal de Jardines se confunde y destina alguna brigada para que adecente los pastizales que tenemos por zonas verdes. El señor concejal del barrio debe bajar de la parra o del cielo para percatarse de que nosotros también circulamos por las calles (con baches), cogemos autobuses (sin acceso directo de la urbanización), paseamos por los jardines (con basura, con bolsas de latas...) en fin, que también existimos y pagamos los impuestos a los que facilitan rancios altares. Feliz Navidad desde Cánovas-Las Candelas, que por cierto nos hemos enterado por el anuncio de El Almendro.DOMINGO CERRO Y CUATRO FIRMAS MAS Otra vezel ruido

De nuevo este fin de semana La Madrila sufre los insufribles ruidos que causa la movida nocturna. El jueves fue horrible, la música la tuvimos toda la noche en el cabecero. Soluciones, ya. ANA RUBIO