El cliente pide su producto y un gran robot de ocho metros lo deposita en un buzón junto al farmacéutico, listo para llevar, sin demoras, sin continuos desplazamientos del mostrador al almacén y viceversa. A primera vista, un proceso rápido y simple, detrás, un proyecto complicado de tecnología avanzada con una inversión millonaria. La Farmacia Moctezuma, conocida por su apertura las 24 horas durante todo el año, se convertirá muy pronto en la primera robotizada de la provincia cacereña, segunda de Extremadura (la iniciativa pionera se acometió en Zafra), y una de las pocas existentes en todo el país, donde actualmente solo funcionan 120 establecimientos con tales avances.

El propietario, Santiago Rodríguez, lleva mucho tiempo gestando el proyecto. A final del 2005 encargó el peculiar robot a la empresa alemana Rowa, donde se fabrican este tipo de diseños personalizados y ajustados a las exigencias de cada cliente, de ahí su coste. El pasado mes, la farmacia se cerró durante algunos días después de siete años de servicio ininterrumpido para adaptar el local (suelos, falsos techos, cableado, acceso automático y nueva distribución). "La instalación de la máquina tendrá lugar del 28 al 31 de agosto, pero el establecimiento permanecerá abierto", explicó ayer el titular.

El robot tendrá unas dimensiones considerables: 8 metros de longitud por 1,30 de ancho y 3 de altura, y será similar a un pasillo repleto de medicamentos. Estará ubicado detrás del mostrador (de ahí las obras acometidas), con tres buzones junto a los puestos de venta. Si un usuario pide una caja de Aspirinas, el farmacéutico lo teclea en el ordenador y la orden llega al robot, donde un brazo articulado coge el producto y lo deposita en el buzón. La implantación de este avance se debe a la continua actividad que registra la farmacia. "Pretendemos evitar las colas y ofrecer un servicio rápido", afirma Santiago Rodríguez.

La máquina también facilitará otras labores de gestión: será capaz de colocar en su interior todos los medicamentos que llegan al establecimiento desde el almacén central (tiene capacidad para 12.000 unidades), comprobará que el pedido es correcto, reconocerá el tamaño de todas y cada una de las medicinas para ubicarlas en su lugar, y considerará 18 meses de caducidad por defecto (una vez al mes sacará los productos que caduquen en los siguientes 30 días para devolverlos al almacén).

UNA NUEVA ORTOPEDIA Pero además, Santiago Rodríguez, emprendedor por excelencia y con amplia formación académica (doctor en Farmacia, especialista en análisis clínicos, técnico ortopédico, óptico y audioprotesista) ya tiene otros proyectos, entre ellos la ampliación del local en 80 metros cuadrados para crear una nueva ortopedia, servicio que se uniría a los de farmacia, parafarmacia y óptica que dispensa en su negocio, donde ya trabajan 16 profesionales.