Hay distritos que ganan población y otros que pierden. Hay barrios con más residentes de la tercera edad y otros con numerosos niños y jóvenes. La capital cacereña tiene sus propios flujos migratorios y una pirámide poblacional que desde luego no es una excepción porque se torna preocupante: más mayores, menos niños. El ‘Análisis de las cifras de población 2018’, publicado por el ayuntamiento, escudriña la realidad demográfica de Cáceres y arroja datos bastante interesantes: las barriadas que más crecen son Montesol y San Jorge (zona Mejostilla), mientras que la zona tradicional de Mejostilla se ha convertido en la que más vecinos pierde. Casa Plata ya se sitúa como la urbanización con población más joven, mientras que La Madrila encabeza el porcentaje de mayores de 65 años.

Este análisis se apoya en datos obtenidos a 1 de enero de 2018, de modo que aborda el último ejercicio completo: 2017. Según los ficheros del padrón, Cáceres contaba a esa fecha con 96.513 habitantes, lo que supone un descenso de 171 respecto a enero de 2017. No obstante, la cifra oficial será la que establezca el Instituto Nacional de Estadística (INE) una vez anotadas todas las altas y bajas. A 1 de enero de 2017, este instituto ya fijó en 95.917 el censo de la capital cacereña, con nuevos aumentos tras las caídas de poblaciones de 2014 y 2015.

Los distritos con más habitantes son el centro, con 39.573, seguido del sur, con 20.997, y el norte (la zona de mayor expansión en la última década: Mejostilla, Montesol, Nueva Ciudad...), con 19.256. El oeste suma 15.813 vecinos, y las pedanías (Rincón de Ballesteros, Arroyo-Malpartida, Valdesalor...), un total de 894.

Pero la población no permanece estática. Además de los ciudadanos que se marchan de Cáceres o que llegan a la capital para instalarse, otros muchos se mudan de un distrito a otro, o dentro del mismo. Así, durante 2017 se produjeron diversos cambios en la composición de las barriadas con una redistribución del censo. En general, se aprecia un movimiento de la población desde el centro y las barriadas más tradicionales, hacia nuevas urbanizaciones.

Los mayores cambios se producen en el distrito norte, formado por Mejostilla, Montesol, campus universitario, Polígono Ganadero, Residencial Universidad, zona del seminario, Las Candelas y residencial Infanta Isabel. En su conjunto, el norte gana 491 habitantes (+2,6%). Destaca la fuerte subida de Montesol, que ya supera los 4.100 vecinos con la llegada de 236 más durante 2017. También la urbanización San Jorge, radicada Mejostilla, registra un considerable incremento (+148 inquilinos), así como el residencial Ronda (+90) y el residencial Infanta Isabel (+87).

Sin embargo, la zona con más reducción de habitantes también se encuentra en el norte. Se trata de las primeras promociones que se construyeron en Mejostilla, un área que desciende en 146 habitantes, seguida de Gredos (-28). Las demás urbanizaciones de este distrito mantienen su población al alza.

CÁNOVAS PIERDE 58 VECINOS / Y si el norte sube, el centro baja. Se trata del distrito que más vecinos pierde: 413 en tan solo un año (-1%), pero su numerosa población amortigua la caída. Dentro de esta zona, las principales bajas se dan curiosamente en Cánovas (-58 vecinos), Hernán Cortés (-54), Los Fratres (-54), San Justo (-53), Argentina (-48), Moctezuma (-42), La Bondad (-35), San Juan (-34), Hernández Pacheco (-24) y Reyes Huertas (-22). En cambio, hay calles con un buen comportamiento en la zona centro, por ejemplo Virgen de Guadalupe, que ganó 42 inquilinos en 2017; San Francisco y la Ribera del Marco, que aumentaron otros 17 en ambos casos; el Perú, con 13; Aguas Vivas, con 9; y Peña Redonda, con 8.

El distrito oeste también sufre una significativa caída de 186 habitantes (-1%), y ello principalmente por la pérdida de 61 vecinos en Los Castellanos, 48 en La Madrila, 31 en Cabezarrubia, 30 en El Vivero, 28 en el R-66-B (Parque del Príncipe) y 23 en el R-66-A (El Arco). En cambio, otras urbanizaciones de la zona experimentan una subida encabezada por El Junquillo (+37) y Macondo (+17).

Del mismo modo, el distrito sur registra un descenso, aunque más contenido, con 63 vecinos menos durante 2017 (-0,3%). Las bajas se concentran en la barriada de La Abundancia (-74), el Espíritu Santo (-50), el Polígono San Antonio de Nuevo Cáceres (-51) y Vera Cruz (-45). Por el contrario, Casa Plata gana 64 habitantes y Maltravieso un total de 85. La Cañada también tiene buen comportamiento (+36 vecinos), y Vista Hermosa (+25).

Además, los barrios pueden analizarse en función de las edades. El ayuntamiento estudia las distintas zonas dividiendo su población en cuatro grupos. Pues bien, el tramo con más habitantes en Cáceres es el de 35-65 años, que acapara nada menos que el 50% de la población. Le sigue la horquilla de 18-34 años, que supone el 19% de los ciudadanos; los menores de 18 años, con el 18,5%; y los mayores de 65 años, con el 12,6%.

Los problemas demográficos están de manifiesto en Cáceres como en otras ciudades, aunque son más acusados en unas zonas del casco urbano que en otras. Por ejemplo, las barriadas que registran mayor población por debajo de los 18 años, y por tanto se encuentran bastante rejuvenecidas, son Casa Plata (donde los vecinos menores de 18 años suponen el 45% del barrio), Los Castellanos (35%), Cáceres el Viejo (34%) y R-66-B (34%). También ocupan buenas posiciones Vistahermosa (34%), La Paloma (33%), Montesol (31%) y Ronda (30%).

En el otro extremo se sitúan las barriadas con mayor número de personas que superan los 65 años. La primera es La Madrila, con un 40% de población de la tercera edad, seguida de la zona del Parque del Príncipe (39%), el entorno del seminario (37%), Llopis Ivorra (34%), La Bondad (30%), Rincón de Ballesteros (30%) y Cánovas (28%).

MÁS NACIMIENTOS / Esta composición del censo cacereño se aprecia claramente en la pirámide de población, que tiende a hacerse más pequeña por su base y a aumentar sobremanera entre los 35 y los 65 años. Es una prueba más del envejecimiento que acucia a la sociedad española y que ya está generando problemas, como el sostenimiento de la Seguridad Social. Sin embargo, hay algún dato para la esperanza: en el año 2017 se produjeron 776 nacimientos en la capital cacereña, lo que supuso un aumento absoluto de 7 respecto al año 2016. Es un incremento pequeño, pero importante, porque se trata del mayor registrado desde 2008. De hecho, ese año se produjeron 1.100 nacimientos y una década después han bajado fuertemente hasta los 776. Por cierto que en Cáceres siguen viniendo al mundo más hombres que mujeres: 400 frente a 376.